El consejero delegado del BBVA, José Ignacio Goirigolzarri, de 55 años, dejará el cargo por jubilación anticipada, con una pensión anual que rondará los tres millones de euros brutos anuales, según señalaron a EFE fuentes cercanas a la negociación de su salida del grupo.

Para el pago de esta cantidad, que será vitalicia, el banco tiene provisionados 52,49 millones de euros, que garantizan la pensión anual, que no se completará con ningún tipo de indemnización por cese, ya que abandona el banco «de mutuo acuerdo», según la entidad financiera.

A partir de ahora cobrará «menos» que su sueldo en el banco, donde en 2008 percibió 4,6 millones de euros entre cantidades fijas y variables.

Goirigolzarri, uno de los directivos que pertenecía al BBV antes de su fusión con Argentaria, deja el banco a la vez que el consejo de administración decidió la continuidad de Francisco González como presidente, al estimar «imprescindible mantener su actual liderazgo» gracias al modo «excelente» con el que el grupo está gestionando la crisis actual, lo que alimenta las hipótesis de las diferencias de criterio entre ambos.

El abandono de Goirigolzarri coincide con la decisión de González de poner en marcha, con el apoyo del consejo de administración, «un nuevo esquema organizativo y de gestión» en el BBVA que permitirá avanzar con mayor celeridad hacia «un modelo de crecimiento aún más innovador, más eficiente y con un mayor foco en el cliente».

El nuevo consejero delegado del BBVA será Ángel Cano, hasta ahora director de Recursos y Medios del Grupo, que englobaba la gestión de los recursos humanos, las infraestructuras y la tecnología, así como la ejecución de los planes de transformación del Grupo, entre otras funciones.