Un ataque talibán al cuartel del Ejército paquistaní se salda con diez muertos
El canal de televisión Dawn anunció, sin confirmación oficial, la liberación de ocho de los soldados que permanecían retenidos tras el ataque de un grupo talibán al cuartel general del Ejército en Rawalpindi, en el que fallecieron seis militares paquistaníes y cuatro milicianos.GARA |
En la tarde de ayer, el canal privado de televisión Dawn difundió que ocho de los militares que habían sido retenidos tras el ataque al cuartel general de Rawalpindi (en los suburbios de la capital paquistaní, Islamabad), habrían sido liberados.
Sin embargo, desde el Ejército se negaron a confirmar o a desmentir dicha información.
El portavoz del Ejército, Athar Abbas, se limitó a explicar que tenían rodeado el edificio y que las fuerzas de seguridad estaban haciendo todo lo posible para poner a salvo a los rehenes.
El asalto de los talibán se saldó con la muerte de seis soldados paquistaníes y cuatro insurgentes.
Revindicado por el TTP
Fuentes militares achacaron este ataque al Movimiento de los Talibán de Pakistán (TTP), que fue reivindicado en varias televisiones locales.
Previamente, otra fuente militar indicó que efectivos del Ejército habían rodeado tras horas de persecución a los dos únicos milicianos que habían sobrevivido al ataque y se habían dado a la fuga.
De acuerdo a esta versión, un grupo de varios insurgentes, provistos de armas automáticas y ataviados con uniformes oficiales, llegaron en una furgoneta a las inmediaciones del complejo militar en torno a las 11.45 horas locales [7.45 en Euskal Herria].
Los milicianos sortearon un primer puesto de control tras abrir fuego contra los guardias y después avanzaron hacia un segundo donde fueron detenidos, tras lo cual se inició un tiroteo con las fuerzas de seguridad en el que también hubo al menos tres explosiones de granada. Otro grupo «de cuatro o cinco hombres» se habría quedado dentro del cuartel tomando como rehenes «de diez a quince» soldados y funcionarios de la Defensa paquistaní.
Tanto el presidente paquistaní, Asif Alí Zardari, como el primer ministro, Yusuf Razá Guilani, condenaron el ataque mediante sendos comunicados.
Este suceso llega después de que un kamikaze matara el lunes a cinco empleados de la ONU en sus oficinas en pleno centro de Islamabad, y que un atentado suicida dejara casi cien muertos en un abarrotado mercado de una gran ciudad del noroeste del país.
India responsabilizó ayer a Pakistán del atentado del pasado jueves contra su embajada en Kabul, al afirmar que los «jefes» de los milicianos «residen» en el país vecino.
La secretaria de Exteriores india, Nirupama Rao, tras la visita a la delegación atacada, remarcó el «riesgo» que representan quienes llevan a cabo «semejantes actos de terror sin sentido y sus jefes, residentes al otro lado de la frontera».
Un total de 17 personas fallecieron y 63 resultaron heridas en el ataque suicida, cuya autoría fue reivindicada por la insurgencia talibán, y que era el segundo que sufre la embajada india desde el ocurrido en julio de 2008, tras el que India también acusó a Pakistán.
Mediante la nota remitida, Rao denunció que el atentado estaba «claramente dirigido contra los pueblos de India y Afganistán» y que buscaba «minar la amistad indo-afgana».
Ante lo sucedido, Rao reiteró el compromiso indio por el desarrollo de esas relaciones y su determinación de continuar ayudando al pueblo afgano a hacer realidad «un Afganistán próspero, pacífico y democrático». GARA
Cuatro de los canales de televisión más importantes de Pakistán denunciaron que sus emisiones fueron suspendidas tras el ataque al cuartel, sin haberles dado ninguna razón.