Raimundo Fitero
Intención
No es necesario plantearse la pregunta ¿verdad o mentira? Todo es mentira. O lo parece. Hasta la verdad más cruda. Lo del montaje de noticias falsas, de medias verdades, de tres cuartos de mentiras y todo el tinglado general en el que se mueve la comunicación actual, es norma. No importan contrastar las noticias, lo que interesa es que la noticia esté de acuerdo con el supuesto interés de quien supuestamente te paga. En la manifestación sobre al aborto se decía desde la mañana que iban a acudir dos millones de manifestantes. Era una mentira de los ultra católicos, tan acostumbrados como están a mentir, piadosamente eso sí. En la manifestación de Donostia no había previsiones, pero cuando las cifras resultaron ser las que fueron se asustaron y se utilizaban los titulares generalistas, con intención de mentir con advertencia de lo que había sucedido. Les ha sobrepasado la realidad, la estadística y las cuentas previas.
Con intención o sin ella, se montan noticias de chorradas y se convierten situaciones bastante importantes en breves noticias sueltas. Lo del globo y el niño era un montaje. Vale. Lo del cochecito de niño y el metro en Australia, ¿qué era? Sigo preguntando porque parece ser que forma parte de una campaña de prevención de accidentes. Pero insisto de manera pertinaz, ¿las imágenes son verdaderas o falsas? O dicho de otro modo: lo que vemos es una verdad sobrevenida o una verdad guionizada y preparada para alertarnos. El misterio o la ambigüedad no forman parte del interés noticiable, sino que van a lograr la absoluta incredulidad de la ciudadanía y hasta los goles de los partidos los tendrán que certificar.... ¿Quién?
Podría ser Sofres, que va mandando a «El aprendiz» a que complete su formación en la cola del paro. Trasladado a la noche del domingo, llegó a sus mínimos de audiencia y arrastró a El Follonero. Los programadores son los más empecinados del momento televisivo. Bueno, y los telespectadores que no tragan con ciertas poses, pese a venir avaladas por supuestos éxitos mundiales, que es lo que dicen de este reality de posibles ejecutivos agresivos que nos parecen más que ridículos. Con intención clara.