Análisis
El papel que Interior no ha filtrado
En los últimos días los medios han cogido la parte del auto de Garzón que les interesaba o la que les ha tocado en el reparto y le han puesto su firma. Eso sí, siempre con el enfoque que más interesaba a Interior.
Iñaki IRIONDO
Entre los muchos papeles de distinta procedencia que el Ministerio del Interior tiene en su poder desde la última redada resulta llamativo que no haya filtrado el más actual y el que tiene valor oficial: el que las bases de la izquierda abertzale van a debatir en las próximas semanas. ¿Casualidad? Imposible.
Un agudo comentarista decía en la mañana de ayer en Herri Irratia que si el auto de Garzón hubiera sido un reportaje suyo habría tenido muchísimas dificultades para que algún medio se lo publicara. Se entendió perfectamente su intención de dejar claro que la pieza del juzgado de instrucción número 5 de la Audiencia Nacional es un pastiche sin sentido. Pero la realidad mediática es harto diferente a la deseable y han sido muchos los periódicos que -probablemente porque lo firmaba el juez y no nuestro perspicaz contertulio- han acabado comprando el «corta y pega» elaborado por el Ministerio del Interior; cada cual ha cogido la parte que más le gustaba (o la que le ha tocado en el reparto) y, además, le ha puesto su firma.
Y resulta llamativo que todos los medios, a la hora de elegir el enfoque a dar a su parte del botín, hayan optado por el que más beneficiaría a las tesis de Alfredo Pérez Rubalcaba. Por ejemplo, quien habla de que «la banda planeaba un `Lizarra 2' con las siglas de EA y un PNV `marginado'» insiste en que era ETA quien controlaba toda la operación, pero pasa de puntillas sobre un hecho clave: la queja sobre las elecciones europeas que el auto de Garzón atribuye a la organización armada, hasta llegar a preguntarse «¿dónde se toman las decisiones?». Si Arnaldo Otegi y Rafa Díez fueron los que más se significaron en la defensa de la opción de Iniciativa Internacionalista que según la Audiencia Nacional no gustaba a ETA, ¿cómo se les puede encarcelar con la acusación de estar bajo su dirección? Hace unos años la filtración de ese documento hubiera tenido cualquiera de estos titulares: «La izquierda abertzale, cerca de la ruptura», «Batasuna desoyó a ETA», «ETA ya no manda»... ¡Cómo cambian los tiempos! Ahora hasta buscar treguas es una acusación.
Llamativa resulta también la filtración, desde el primer minuto de las detenciones, de que Arnaldo Otegi se había entrevistado con miembros de ETA. En el auto de Garzón, los supuestos viajes de Arnaldo Otegi perdían mucha fuerza, porque resulta que una vez había ido a ver a un ex preso y en otra, según dicen, había llegado al mismo lugar para perderse después durante unas horas.
Pese a contar con tan exiguos mimbres, «Abc» llegó a titular el domingo que «Otegi se vio con ETA en Francia días antes de los atentados de Burgos y Palma», aunque en la información la realidad se les escapara como el agua entre las manos.
Si las reuniones de Arnaldo Otegi con dirigentes de ETA fueran tal y como se han contado, ¿cabe imaginar que se hubiera escapado al control policial? ¿Piensa alguien que el Ministerio de Interior no hubiera intentado por todos los medios detener a todos los participantes en la reunión, con el bombazo propagandístico que ello hubiera supuesto?
Tal vez porque no hubo tales detenciones ni el tema del contacto directo ha tenido más recorrido en la prensa se pueda entender el interés del Ministerio del Interior de ligar a los detenidos ayer en una operación policial en el Estado francés (qué curioso eso de que las detenciones las haga la Policía francesa y las explicaciones las dé el jefe de la española) con la supuesta transmisión de órdenes a la izquierda abertzale.
En todo caso, estos días han servido también para ver que no sólo el Gobierno español parece interesado en embarrar el escenario político vasco. Los diarios del Grupo Noticias han convertido en noticia de portada las reflexiones de una llamada «iniciativa Gakoa» que, según los periódicos jeltzales, agrupa a «un numeroso grupo de reconocidos militantes de la denominada izquierda abertzale». No se dice cuándo, ni en qué ámbitos han circulado esos documentos tan críticos. Lo que sí se puede asegurar es que ni esos supuestos papeles, ni otros de signo antagónico, son los ejes del debate que se va a dar en las bases del independentismo.
Porque hay veces en las que la noticia no es sólo lo que se filtra, sino también los papeles que se ocultan. Pocas dudas hay de que el documento que hoy publica GARA ha de estar en manos del Ministerio del Interior español. De hecho, por ser el más actual y el que lleva sello oficial, es sin duda el más interesante para cualquier medio de comunicación. ¿Por qué no lo ha distribuido entonces el equipo de Castellana 5? Probablemente porque acaba con todo el resto de teorías y elucubraciones. Porque aunque no contenga las frases que algunos destacarán que faltan, su intención queda suficientemente definida.
El documento está siendo ya distribuido a las bases de la izquierda abertzale. La operación de Rubalcaba no ha conseguido abortar la iniciativa. A partir de aquí, está en manos de la militancia independentista debatir los contenidos propuestos por su dirección política, enmendarlos, rechazarlos o aprobarlos. Pero desde ahora ya nadie (político o periodista) podrá decir que no sabe «en qué andaban» los encarcelados en la redada de hace una semana. Andaban en esto.
Parafraseando a Jesús Eguiguren, es cierto que no es «nada definitivo», puesto que falta el debate final. Pero sin temor a equivocarse sí se puede decir que es «algo importante».