Los que acudimos a la gran manifestación convocada por los diferentes sindicatos del País vasco demostramos que los que están de más en Euskal Herria son, sin lugar a dudas, el PP y el PSOE. Desenmascaramos a quienes hablan de democracia de manera hipócrita a y quienes no desean que el conflicto concluya de manera dialogada. Son esos dos partidos los que están poniendo todas las trabas y dificultades posibles al diálogo y, algo mucho más grave, boicotean la democracia a la que todo pueblo tiene derecho, ya que están acostumbrados a manipular, desinformar, acosar, desvirtuar y negar una verdad manifiesta como la de esa marcha multitudinaria pidiendo justicia.

Con esa marcha quedan claras varias situaciones en las que todos estamos de acuerdo. Una es que toda la gente que se manifestó, sin excepción, desea que el conflicto vasco termine de forma dialogada; todos desean recuperar la democracia donde estén representados todos los sectores, incluido sobre todo un sector al que se le ha querido anular y desaparecer con crueldad, injusticia y trampa política; todos los que salimos tenemos muy claro que queremos que haya paz en Euskal Herria, pero una paz verdadera, con justicia. Y esto quiere decir bien repartida, equitativamente repartida entre todos los sectores, ya que imponerse unos sobre otros con abuso de poder y autoridad de ningún modo es justo, sino parte de un juego sucio que se juega en una guerra sucia. Otro factor de coincidencia entre todos los que salimos es que no estamos de acuerdo ni vamos a consentir que se sigan conculcando los derechos de los vascos, ya que todo ciudadano tiene derecho a una representación política y a elegir a quienes serán sus líderes o representantes políticos. Y lo más claro que nos puede quedar es que todos los que salimos a la calle hemos dicho en voz alta que es el pueblo vasco quien debe decidir su futuro político. Por lo que se ve, es una gran mayoría la que pide que se respete la independencia, ya que no es ganar la independencia, sino pelearla, recuperarla, sostenerla y defenderla de las garras y de las enfermas mentes nacionalistas españolas que se creen con derecho de arrebatar, seguir conquistando, invadiendo, apoderándose, saqueando y sometiendo a quien les venga en gana. Algo más que ha quedado claro es el gran miedo que tienen estos paranoicos políticos españoles a que por fin la gente reaccione, se organice y se una pidiendo justicia para el pueblo vasco. Si existiera el honor y la honestidad entre los que se han quedado fuera, reconocerían los hechos y se darían la vuelta, pero al carecer de estas virtudes, seguirán mordiendo, aplastando, mintiendo y causando dolor. Por eso mismo espero que al menos entiendan que no lo tendrán fácil, que el pueblo vasco no sólo tiene honor y honestidad, sino que además tiene argumentos sólidos para seguir organizándose y reivindicando, para seguir exigiendo la libertad y participación de todos los líderes a quienes se les impide hacer política. No es inteligente encarcelar a una parte importante del puzle de la democracia, puesto que entonces no hay tal democracia.