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Condenan a 26 años al ex militar que apuñaló a Palomino en el Metro

La Audiencia Provincial de Madrid condenó al ex militar Josué Estébanez a 26 años de cárcel como autor de la puñalada que acabó con la vida del joven antifascista Carlos Palomino en un vagón del Metro. El tribunal ha considerado el agravante de «discriminación ideológica».

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La Audiencia Provincial de Madrid condenó ayer a 26 años de prisión al ex militar Josué Estébanez que el 11 de noviembre de 2007 asestó una puñalada mortal al joven antifascista Carlos Palomino en un vagón del Metro de la estación de Legazpi de Madrid. El tribunal ha admitido el agravante de «discriminación ideológica» por la estética neonazi que lucía el día de los hechos, captada por las cámaras de videovigilancia del Metro, y por las frases proferidas -«Sieg Heil (salve la victoria)», empleada en eventos políticos en la Alemania del Tercer Reich, o «guarros de mierda, os voy a matar a todos»-. Sin embargo, le absuelve del delito de «tenencia ilícita de armas y de amenazas».

La Sala considera probado que Estébanez se dirigía a una manifestación convocada por el grupo de extrema derecha Democracia Nacional, portando una navaja de al menos siete centímetros de hoja. Al llegar a la estación Legazpi, el acusado observó que en el andén esperaba un grupo de unos cien jóvenes que identificó como antifascistas. Antes de que el tren se detuviese, «sacó su navaja al tiempo que bostezaba, se situó junto a una de las puertas del vagón, ocultando la navaja abierta en el antebrazo esperando a que entrasen los jóvenes para agredir a cualquiera de ellos con el menor pretexto por su enfrentada divergencia de pensamiento».

Según recoge la sentencia, el ex militar le asestó una fuerte puñalada en el tórax con «alevosía», ya que Palomino se vio «completamente sorprendido» por la rapidez con la que se produjo el apuñalamiento, lo que le impidió cualquier reacción defensiva. Mientras el resto de viajeros salían del vagón ante el temor de ser agredidos, siguió blandiendo la navaja y gritando. Para el tribunal, esta actitud, además de su estética y el saludo habitual de las SS alemanas, acreditan plenamente su ideología de ultraderecha, lo que negó en el juicio.

Después de apuñalar mortalmente a Palomino, Estébanez hirió de forma superficial en la mano a otro joven que intentó desarmarle y a una segunda persona a la que clavó el arma durante el forcejeo.

El presidente del Movimiento contra la Intolerancia, Esteban Ibarra, expresó su satisfacción por la resolución, calificándola de «pedagógica» por reconocer «el odio ideológico como agravante». El abogado de la familia Palomino, Erlantz Ibarrondo subrayó que acogieron la sentencia con «moderada satisfacción porque no cumple todas expectativas, aunque queda acreditada el agravante de discriminación por motivo ideológicos».

ESTUDIANTES

El sindicato de Estudiantes remarcó que este fallo es fruto de la «oleada de solidaridad con la familia y de rechazo a los grupos fascistas por todo el Estado, incluyendo huelgas de estudiantes, manifestaciones y actos de protesta».

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