Maite SOROA | msoroa@gara.net
Siguen pisando el acelerador
Da la impresión de que Patxi López y los suyos han decidido pisar el acelerador de sus «cambios» y dejarse de florituras. Las medidas anunciadas por Isabel Celaá, además de basarse en la mentira más gorda pronunciada en los últimos tiempos («los cambios apuestan por un bilingüismo equilibrado», Celaá dixit) han excitado a quienes ansiaban la uniformización vasca con la casaca española.
Ayer, en «El País», Belén Altuna se felicitaba porque «piano piano, algunos cambios se van notando». No se pierdan el porqué: «Quien pusiera ETB-2 la noche del 25 de octubre y viera el documental sobre el aniversario del Estatuto y el debate posterior se frotaría los ojos antes de entender que no se había equivocado de canal. Quien en las fiestas de su pueblo o barrio haya observado la notable disminución del atrezo y la glorificación etarra se habrá preguntado cómo es posible que hayamos estado consintiéndolo durante tanto, tanto tiempo. Por ejemplo». Del no-debate en ETB se ha escrito mucho y de las fotos de presos se seguirá escribiendo.
«Ahora toca el turno a la educación» advierte la columnista y adelanta su fervor por Celaá y sus obras: «Quienes hemos manejado libros de texto en euskera sabemos bien de qué está hablando la consejera. Ese adoctrinamiento es más que visible en algunos textos escritos directamente en euskera y especialmente en los producidos por editoriales como Gaiak o Ibaizabal. A veces más sutiles, a veces menos, no es raro encontrar afirmaciones como la siguiente, presentadas no como reivindicaciones, sino como verdades de hecho (traduzco): `El derecho inalienable de Euskal Herria y de los siete territorios históricos que componen su cuerpo nacional' a la `libre autodeterminación, sin ningún tipo de injerencia' (Filosofia. Bachillerato 1, Ibaizabal, 1997, p. 340)». ¿No es inalienable o qué?
A pesar del entusiasmo, Belén Altuna también resalta las sombras: «en medio de un programa en general admirable brilla por su ausencia cualquier referencia a la violencia terrorista y a sus víctimas, mientras que la sensibilización hacia la violencia de género ocupa una buena parte de su extensión. También se remediará, al parecer, esta llamativa ausencia. Veremos». Veremos tantas cosas...