El revés electoral empaña el aniversario del triunfo de Obama
El revés electoral sufrido por los demócratas en varios comicios locales empañó el primer aniversario de la histórica victoria del primer presidente estadounidense de raza negra, Barack Obama. Los republicanos recuperaron las gobernaciones de Virginia y New Jersey. La Casa Blanca rechazó cualquier intento de interpretar los resultados como un referéndum sobre Obama.
GARA
Los republicanos asestaron un duro golpe al Partido Demócrata del presidente Barack Obama al ganar en las elecciones del martes, consideradas por muchos un test para el mandatario estadounidense, las gobernaciones de los estados de Virginia y New Jersey.
El candidato republicano, Chris Christie, arrebató el cargo de gobernador de New Jersey al candidato demócrata saliente, Jon Corzine. Christie obtuvo el 49% de los votos, frente al 45% de Corzine, en una de las elecciones más disputadas el martes en EEUU. La victoria de Christie fue más un voto de castigo a la forma de gobernar de Corzine y al hecho de que este estado tenga los impuestos más altos del país y no a un apoyo a los republicanos en un Estado que se inclina casi siempre del lado demócrata.
En Virginia, los demócratas sufrieron también una derrota a manos de un republicano, Bob McDonnell, que fue elegido gobernador con un 59% de los votos frente al 41% de su rival.
«Votantes cansados»
Este resultado era más previsible, no así el de New Jersey, donde Obama se había implicado personalmente en la campaña de Corzine, por lo que su fracaso ha sido interpretado por muchos como una derrota del propio presidente.
«La aplastante victoria del Partido Republicano en Virginia es una bofetada para el presidente Obama y el Partido Demócrata», señaló el presidente del Comité Nacional Republicano, Michael Steele, en un comunicado. «Envía una clara señal de que los votantes están cansados de su política», agregó.
Sin embargo, la Casa Blanca afirmó que las elecciones a gobernador en New Jersey y Virginia no fueron un referendo sobre Obama, ya que sus ciudadanos se pronunciaron sobre «asuntos muy locales que no tenían que ver con el presidente».
El portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, indicó que los votantes de ambos estados estaban preocupados con la economía.
Los resultados del martes eran considerados un test antes de los comicios de 2010, que se celebrarán a mitad de mandato y en los que se renovará un tercio del Senado, toda la Cámara de Representantes y más de dos tercios de los gobernadores.
Por otro lado, el estado de Maine rechazó en referendo la ley promulgada en mayo que avala el matrimonio entre personas del mismo sexo, por un 53% frente a un 47% de los votos. En el Estado de Washington, en cambio, podría haberse aprobado el derecho de los gays a la unión civil por un apretado 51% frente al 49%.
En Nueva York, el antes republicano y ahora «independiente» alcalde Michael Bloomberg fue reelegido, por segunda vez, frente a su débil rival demócrata Bill Thompson, al que se impuso sólo por un 51% frente a un 49%.
La cita en el distrito electoral 23 de Nueva York, un recóndito y rural enclave al norte del Estado, para elegir un congresista cobró un inesperado protagonismo.
El bastión republicano se convirtió en símbolo de la lucha interna entre el ala más derechista y la más centrista del partido. La primera batalla la ganó el núcleo duro, que forzó la retirada de la moderada Dede Scozzafra, quien tiró el sábado la toalla ante el empuje del «independiente» Doug Hoffman, respaldado por los ultraderechistas.
Allí estaba en juego un escaño en el Congreso federal y la victoria de Bill Owens, con un 49% de los votos frente al 46% de Hoffman, fue el premio de consolación para los demócratas que no ganaban en ese distrito desde hace un siglo.GARA