Jugar un partido ante el Olimpija Ljubljana se ha convertido prácticamente en una costumbre desde que el Baskonia se ha consolidado como uno de los equipos asentados dentro de la élite continental. En total, hasta el momento han sido nueve las veces en la que se han enfrentado eslovenos y vascos y los precedentes son claramente favorables a los azulgranas que han conseguido ocho victorias, sin embargo, esa única derrota llegó en el partido más importante, la final de la Recopa en Laussane en 1994, donde los entonces dirigidos por Manel Comas cayeron 91-81 en una exhibición triplista de Hauptman y Horvat que acumularon la friolera de 15 triples anotados.

Las cosas han cambiado mucho en estos quince años y ahora mismo el Caja Laboral se ha convertido en uno de los equipos más regulares del concierto continental, pero la mayor amenaza del siempre talentoso equipo esloveno le llega desde su juego exterior, liderada por Becirovic, Matt Walsh y el ex NBA Uros Slokar.

Los dos primeros son de sobra conocidos en el entorno baskonista, que los han padecido hace relativamente poco. Lastrado por sus problemas de rodilla y por la reducción de presupuesto de la Roma, Sani Becirovic ha vuelto a su casa y esta tarde le tocará ejercer labores de base, por culpa de los problemas físicos de Ozbolt y del ex baskonista Vlado Ilievski, que han dejado al equipo sin bases, algo que ya acusó ante el Maroussi.

En el equipo baskonista, además de Herrmann, Lofton tampoco podrá jugar ya que no viajó por un proceso febril.

Grandes tiradores

Si el esloveno ya martilleó el aro baskonista la pasada Euroliga con la camiseta de la Lottomatica, a Matt Walsh lo sufrieron en la ACB, enrolado en las filas del Manresa. «Walsh es un excelente tirador que puede anotar a pesar de una gran defensa», alertó Ivanovic en la previa. Curiosamente, el estadounidense fue el jugador con el que Splitter tuvo que compartir el galardón de MVP la pasada jornada.

Su batería de hombres interiores con Bavcic, Vidmar y Golubovic, que superan los 2,10 metros, será un duro examen para los baskonistas Splitter y Barac, aunque pecan de cierta lentitud. También muy altos y más versátiles son los aleros Slokar y Aleksandrov, con 2,10 metros cada uno.

Aunque parece difícil que puedan llegar al Top-16, los eslovenos siempre dan una sorpresa en su casa del Tivoli Arena -el año pasado cayó el CSKA- y el Baskonia no puede confiarse si quiere conseguir su primer triunfo lejos de Zurbano.