El PP, que todavía sigue en proceso de asentarse en Nafarroa tras la escisión del pasado año en UPN, cuenta con otro frente mediático abierto de cara a la pugna para la elección de su presidencia. Después de que el proceso de Bizkaia estuviera en cierta medida marcado por la exclusión de Nerea Alzola en las elecciones internas, la que fuera edil en el Ayuntamiento de Iruñea, Nieves Ciprés, parece ser que no concurrirá a la pugna interna para la presidencia de PP en Nafarroa. Pero no porque no cuente con suficientes avales que respalden su candidatura, sino por las formas y métodos con los que se ha presentado.

El martes fue el plazo límite para que los aspirantes a la presidencia del PP en Nafarroa presentasen los 90 avales necesarios para el concurso en la pugna, pero la jornada finalizó sin confirmación alguna de los candidatos. El diputado español Santiago Cervera -antes de UPN- presentó todos los avales con los que contaba -según informaron ayer varios medios superarían los 300, cifra que sería la mitad de los afiliados del PP en el herrialde-, con una cantidad que por sí sola serviría para garantizar su elección en el congreso que el PP celebrará el 12 de diciembre en Iruñea.

Génova se lo piensa

Sin embargo, la sorpresa llegó de la mano de la que fuera edil en la capital navarra, y ahora en el Consistorio de Berriozar, Nieves Ciprés. La candidata derechista entregó 107 avales que respaldarían su candidatura. Pero no lo hizo sola. Lo hizo acompañada por un notario y ofreciendo 3.000 euros para costear las cuotas de sus avalistas que no estuvieran al día en las cuentas del partido conservador.

Y todo esto ocurrió ante la presencia de varios medios de comunicación y el enviado de la sede del PP de Génova, en Madrid, que debía velar por el proceso interno. La entrada de Ciprés con un notario y con 3.000 euros en la mano desató rápidamente las críticas de varios dirigentes del partido, así como del propio Cervera. Sin embargo, Ciprés fue más allá al poner en cuestión la transparencia del proceso de elección. Por ejemplo, si bien ella cuantificó sus avales en 107, Santiago Cervera no hizo público la cantidad de los apoyos que presentó. Y ese hecho forzó que la ex edil de Iruñea intentara que uno de sus acompañantes estuviera presente en el recuento de los avales. Algo inusual que el enviado de Madrid se encargó de zanjar rápidamente, además de evidenciar que varios de los avales de Ciprés, en realidad, no valen.

Esto tampoco ha pasado desapercibido en Génova, aunque aún no se ha pronunciado.