El Blood Bowl, una mezcla de Elfos y Orcos que ilustra el auge de los juegos de estrategia
Los juegos de guerra, conocidos por su término inglés Wargame, son un tipo muy especial de juego de mesa que recrea escenarios bélicos con diferentes grados de detalle. Uno de ellos es el Blood Bowl, practicado en Euskal Herria por unos 150 aficionados.
Joseba VIVANCO
Cuando el duro invierno acecha a la vuelta de la esquina, los aldeanos de Mordor bajan de las montañas para cebarse con los puntikos NAF de los incautos sureños en el festín que cada año les prepara su Señor Oscuro, Sauron. Desde su guarida en el lejano norte, dirige a sus huestes de Uruk-hai mientras observa desde la distancia los acontecimientos que están por producirse. Nada escapa a la mirada del Señor Oscuro de Mordor...». Es la singular presentación del último torneo vasco de Blood Bowl, celebrado hace poco en Durango. ¿Que de qué hablamos? Muchos profanos en esto de los juegos de estrategia despacharían su ignorancia con un despectivo «cosas de frikis». Ellos, los cerca de 150 aficionados que se reparten por Euskal Herria, lo asumen: «Cada uno se divierte como puede; unos jugando, otros menospreciando. Es parte de la diversión».
Ambientado en el mundo de Warhammer Fantasy, Blood Bowl es un juego de tablero por turnos para dos jugadores creado por Jervis Johnson, un trabajador de Games Worskhop, una compañía de juegos de juegos y miniaturas. «Está ambientado en un mundo poblado por razas fantásticas como humanos, enanos, goblins, elfos u orcos -representados en forma de miniaturas-, y combina elementos fantásticos con el deporte de fútbol americano, enfrentando a dos equipos de diversas razas en busca de la victoria», explica uno de esos `entrenadores', explica Gorka Muniozguren. Al estilo tradicional de los juegos de estrategia, cada una de esas razas tienen características y habilidades propias de las que deberán sacar provecho para lograr la victoria.
Juegos de mesa, un mundo en expansión
La Tabira Bowl ha sido la última cita del calendario vasco, que comenzó en enero en Errenteria y siguió con los torneos celebrados en Irun, Getxo, Ermua, Artziniega, Bidart y Plentzia; esta vez se cayó el de Tafalla, donde también hay otro grupo de jugadores. Entre 100 y 150 personas, mayoritariamente jóvenes, se reúnen periódicamente en Euskal Herria para enfrentarse en un juego que la empresa creadora lo abandonó en el año 2000 y fueron los propios aficionados de todo el mundo quienes se organizaron para relanzarlo.
La capital bilbaina fue la primera en acoger un torneo en suelo vasco. Fue la Bilbali Cup, allá en 2003. «A partir de ahí, empezaron a celebrarse más torneos por aquí», comenta Gorka. Hoy, el juego se consolida con este calendario de competiciones.
Hablamos de estrategia. «Bueno, se equilibra a partes iguales la estrategia, el análisis y el cálculo estadístico de los riesgos del azar, ya que hay tiradas de dados», aclara este aficionado. «En general, una buena planificación estratégica, la experiencia y la suerte puntual son los que hacen a un jugador ganar un torneo», añade. Eso hace que las sorpresas no abunden y que la mayoría de buenos jugadores sean los que copen los primeros puestos en las competiciones.
Ellos, los aficionados al Blood Bowl, forman parte de ese universo en expansión que son los juegos de estrategia. «Es verdad que es una afición minoritaria confundida muchas veces con un juego de rol, y quizá por eso bastante vilipendiada por la gente, en general», reconoce Gorka. Pero es una afición que va a más.
Zornotza fue escenario a principios de noviembre del V Encuentro Nacional de Juegos de Mesa. Más allá de clásicos como el Monopoly o el Trivial, se puede disfrutar en la actualidad de una amplia gama de juegos de mesa modernos, como lo demostraron los dos centenares de juegos de mesa que se programaron en este encuentro.
Hoy, más que nunca, el ocio de los hijos a menudo es un gran desconocido para los padres cuando éstos les hablan de cartas magic, yugioh, warhammer... Diego García, integrante de la empresa bilbaína de ocio alternativo Grupo Hal y uno de los organizadores de la cita de Zornotza, asegura que a pesar de «ir a remolque» de otros europeos como franceses y alemanes, nos encontramos en la «época dorada» de los juegos de mesa; un «nicho de mercado» que no ha pasado por alto para las editoriales de los juegos de ocio, ni para cada vez más gente.