Ekologistak Martxan denuncia que los impactos del TAV son «injustificables»
GARA |
Ekologistak Martxan salió ayer a la calle para protestar, en clave de humor, contra el Tren de Alta Velocidad. En la concentración celebrada al mediodía en la Plaza Circular de Bilbo miembros del grupo ecologista, tras terminar la lectura del comunicado que exigía parar «el megaproyecto que acumula demasiados argumentos en contra», escenificaron una parodia en la que proponían recuperar la naturaleza plantando árboles y flores, con comentarios como que «los brotes verdes no crecen del cemento, sino de la tierra que hay debajo». En un tono humorístico, con disfraces, narices de payaso y al son de divertidos cánticos, repartieron semillas de bellota y folletos explicativos entre la gente que en ese momento transitaba por la estación de Abando.
«Ni social, ni responsable»
Los ecologistas explicaron cómo los impactos de la «injustificada» infraestructura afectan a varios sectores y suponen un «enorme» desembolso económico público, el «sacrificio» de vecinos de pueblos por donde pasaría y provoca la «ruptura» del equilibrio ecológico en «multitud» de ecosistemas. El manifiesto emitido por Ekologistak Martxan, además, destacó el «derroche» de energía asociado al TAV, «especialmente grave» en el actual contexto de crisis energético. Asimismo, explicaron que tanto en el proceso de construcción como en la puesta en marcha, la energía que el TAV requiere «choca» con la realidad energética y «contradice» las necesidades para parar el cambio climático.
Según informaron los ecologistas, la parodia escenificada en la estación evidenció la «ridiculez» de las ventajas que «los espacios de poder quieren vender a la sociedad vasca y los lavados verdes de sus discursos». Así, declararon que «el TAV no es un proyecto sostenible y mucho menos social y medioambientalmente responsable».