Venezuela y Colombia vuelven a estar enfrentadas, en esta ocasión, por la destrucción de dos pasos peatonales en la frontera con Colombia, que el presidente Hugo Chávez tildó de «ilegales». Afirmó que su destrucción forma parte de las acciones militares de «rutina» para resguardar esa zona, asolada por «el narcotráfico y los paramilitares» provenientes del país vecino.

Tachó al Gobierno de Álvaro Uribe de «cínico» y rechazó la intención de Bogotá de «denunciar ante la Organización de Estados Americanos la voladura de puentes internacionales». Repudió «la operación mediática desarrollada desde Colombia con el apoyo de los grandes medios internacionales que presentan a su Gobierno como el agresor, cuando es lo contrario».

«Los europeos deben creer que Chávez ha mandado la voladura de un puente como el de Brooklyn o el de Golden Gate», en las ciudades estadounidenses de Nueva York y San Francisco, respectivamente.

«Las estructuras derribadas -añadió- no son ningún puente, son una pasarelas ilegales, artesanales, que Venezuela ha estado desmontando, neutralizando y destruyendo desde hace años. La operación de Ejército venezolano es rutinaria».

Aseguró que estas pasarelas eran utilizadas por paramilitares y contrabandistas de alimentos y gasolina.

Desde el país vecino, el ministro de Defensa, Gabriel Silva, advirtió que las Fuerzas Militares colombianas están en máxima alerta para impedir cualquier agresión y anunció una mayor presencia militar en la frontera con Venezuela. «En Colombia tenemos un nivel de alistamiento y de preparación muy alto, por encima del 90% en todas nuestras capacidades», dijo.

Medios locales precisaron que habrá una mayor presencia de la Infantería de Marina con lanchas rápidas adicionales a las existentes en el río Arauca, fronterizo entre ambos países.

En el Norte de Santander, otro territorio común con Venezuela, Silva prometió una mayor vigilancia «en otros puentes para evitar que estas provocaciones generen un incidente internacional. La directriz del presidente Uribe y las Fuerzas Militares es la serenidad y no dejarse provocar porque se sabe que hay fuerzas de Venezuela que quieren provocar».

En respuesta a estas declaraciones, Chávez remarcó que «iría llorando» a una guerra y pidió a EEUU que no trate de forzar un enfrentamiento armado. «Está en sus manos la posibilidad de evitarla o, por el contrario, de concretarla», declaró.