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Tablas ante el Barcelona

El Athletic rescata un punto doblemente meritorio

El Athletic mantiene su línea liguera, al empatar ante un Barcelona que se adelantó en el marcador y que necesitaba el triunfo.

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ATHLETIC 1

BARCELONA 1

Amaka U. LASAGABASTER

El Athletic encontró la mejor manera de olvidar su disgusto copero. El equipo rojiblanco salvó un punto ante el Barcelona, dando continuidad a sus dos últimas victorias, que le mantiene en la zona alta de la tabla.

Igualada doblemente meritoria, teniendo en cuenta que el Barcelona se adelantó en el marcador y que además llegaba a San Mamés obligado a ganar tras la victoria del Real Madrid, que la próxima semana visita el Camp Nou y que arrebata momentáneamente el liderato a la escuadra azulgrana. Pero el trabajo descomunal que realizaron los bilbainos, unido a la casta que tan buenos resultados le da en estas circunstancias, les permitieron salvar un punto justo y que sabe a gloria.

Joaquín Caparrós sorprendió a medias con su plan antiblaugrana. Como en Santander, alineó de inicio a Javi Martínez, Pablo Orbaiz y Carlos Gurpegi -mediado el primer tiempo los dos últimos intercambiaron sus posiciones, con el de Andosilla más centrado-, aunque esta vez formando una línea de cuatro con el recuperado Fran Yeste. Y lo cierto es que funcionó bastante bien. El Barcelona creó peligro, lo contrario es imposible, pero Gorka Iraizoz estuvo lejos de sufrir el chorreo que habitualmente les cae a los porteros que se enfrentan al cuadro culé.

También hubo fortuna, imprescindible, sobre todo si el balón está en los pies de Leo Messi. El delantero perdonó el 0-1 en una de esas jugadas que, salvo en contadísimas ocasiones, acaba en gol: conexión letal entre Xavi, Iniesta y Messi, que deja al argentino solo ante Iraizoz. Pero esta vez fue el portero el que ganó la pelea. La paciencia, infinita, de los catalanes en su búsqueda del hueco, obtuvo más frutos, pero ni fueron demasiados -aunque cada vez que, sobre todo, Iniesta se acercó al área se oyeron caer las gotas de sudor de los 40.000 rojiblancos de la Catedral-, ni tuvieron trascendencia en el marcador.

O balón o ideas

Con media tarea controlada, o casi, la otra parte -igualmente ardua, por algo el Barça es el menos goleada- dejó bastante más que desear. El Athletic parecía vivir tan pendiente de su rival, que se perdía lejos de su sombra, así que los robos de balón sólo servían para cortar el juego del rival: o había balón o había ideas. En definitiva, que Víctor Valdés apenas tuvo que moverse en el primer tiempo. Y pese a todo, una de las mejores ocasiones fue para el Athletic. Con el 45 cumplido, Javi Martínez, como había hecho Messi, falló en una de sus especialidades: un centro de Yeste que el navarro cabeceó en el segundo palo, con el portero prácticamente batido.

El partido sí cambio, para mal, nada más comenzar el segundo tiempo. En uno de los pocos errores que cometió anoche el Athletic permitió que Dani Alves se colase en el área para rematar un servicio de Xavi, convirtiendo el choque en una misión prácticamente imposible. Pero ya se sabe que los bilbainos no tienen término medio en esas situaciones, o se hunden, o se vienen arriba. Esta vez, afortunadamente, optaron por la segunda.

Sólo hicieron falta nueve minutos para restablecer el empate. Y la entrada de Gaizka Toquero, que encontró pasillo para entrar en el área como un tiro y rematar una peinada de Llorente. San Mamés se vino definitivamente arriba, el equipo también... y el Barcelona, que tampoco anda falto de casta, no se quedó atrás. Dos córners consecutivos volvieron a poner a prueba los nervios del personal y la concentración del Athletic.

Abierto

Cualquier cosa pudo pasar, así, en la recta final del encuentro. Los rojiblancos estaban de su- bidón y Markel Susaeta -hiperactivo aunque sin fortuna durante todo el encuentro- y Gaizka Toquero, a los que después se unieron con menos brillo Igor Gabilondo y Óscar de Marcos, no dejaban de buscar el gol que desatara el éxtasis definitivo en la Catedral.

A cambio, el Barcelona, consciente de que podía verse apeado del primer puesto por primera vez en mucho tiempo, también intentaba aprovechar los efectos del desgaste inmenso de su rival. Afortunadamente, seguía sin encontrar camino y ni siquiera la entrada de Bojan, con el que Pep Guardiola intentó dar chispa a un ataque más atascado que de costumbre, consiguió variar el guión del choque.

Así que unos y otros tuvieron que acabar conformándose con un empate que hizo justicia a lo sucedido sobre el césped pero que dejó más satisfechos a los rojiblancos.

 

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