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Los escolares vascos suspenden a la hora del desayuno

Muchos opinan que los desayunos de antes, aquéllos a base de galleta María y cuando la moda de saborizar la leche no se había impuesto, eran mejores que los de ahora, con la excepción de la introducción de los cereales. Pero de lo que no hay duda es de que la mayoría de nuestros escolares no desayunan hoy como debieran.
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Joseba VIVANCO

El desayuno más habitual entre los escolares es leche con cacao, acompañado de pan o bollería. Vamos, el `colacao' y las galletas, por simplificar. Y eso, el que come algo antes de acudir a clase, porque muchos lo hacen con el estómago vacío o a lo sumo con un vaso de leche para engañarlo. Pasan por la noche unas diez o doce horas de sueño, sin ingerir ningún alimento, pero después no dedican ni cinco minutos a recargar energías. Su significado es fácil de interpretar si ponemos un guión: «des-ayuno», o lo que es lo mismo, interrumpir el ayuno.

Por estos motivos un curso más ha arrancado el programa de Desayunos Cardiovasculares impulsado por la asociación Bihotz Bizi y que volverá a inculcar entre miles de estudiantes vascos la necesidad de un correcto y variado desayuno. Ya lo proclama el dicho: Desayunar como un rey, almorzar como un príncipe y cenar como un mendigo.

El pasado 17 de diciembre arrancó una nueva campaña que visitará 111 centros educativos de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa y a un total de 3.957 escolares. La razón de esta iniciativa que cumple ya casi una década parte de un dato a la claras negativo: La mitad de los menores en edad escolar no consume fruta ni derivados de lácteos en la primera comida de la jornada, y sólo el 30% combina de manera adecuada los ingredientes de un buen desayuno cardiosaludable, como es el compuesto por leche, cereales, fruta, aceite y embutido.

En la literatura científica mundial existen más de mil artículos que demuestran una importante correlación entre un adecuado desayuno y un mejor rendimiento escolar, sobre todo por lo que a nivel de atención se refiere. De ahí su relevancia.

Diez minutos como mínimo

Sin embargo, seguro que más de un aita o ama al leer el menú ideal de uno de estos desayunos se preguntará de dónde sacar tiempo para hacerlo. Uno de los grandes problemas que enfrentamos es esa falta de mi- nutos en las mañanas. Por lo tanto, tenemos que adaptar nuestro desayuno a ese lapso tan escaso, y comer algo saludable y que nos guste. Sin embargo, uno de los lemas de este programa consiste en que dediquemos al desayuno al menos diez minutos y no menos tiempo como hacen seis de cada diez menores vascos.

«Es fundamental aumentar el tiempo dedicado al desayuno, puesto que menos tiempo para desayunar se asocia a restarle importancia y a no hacerlo bien», defiende Concepción Roussel, portavoz de la asociación Bihotz Bizi.

En la última edición de esta campaña se llevó a cabo un estudio entre los escolares de 10 a 12 años visitados. Los resultados obtenidos por la Facultad de Farmacia de la UPV-EHU revelaron datos como que si bien el 90% toma leche, tan sólo la mitad de ellos consumen derivados, como por ejemplo yogur. En cuanto al componente feculento o rico en hidratos de carbono complejos, el 55,5% afirma tomar pan en el desayuno, bien de molde o pan blanco, frente al resto que dicen consumir bollería u otro tipo de cereales en copos.

Variedad en el desayuno

«Un desayuno saludable debería incluir diariamente tres elementos clave: un lácteo, un cereal, como pan, cereales de desayuno o repostería casera, y una ración de fruta fresca», según Javier Aranceta, doctor en Nutrición y presidente de la sección de Ali- mentación de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao. «El colegio debe enseñar por dónde pasa el Duero, pero también a desayunar mejor», ha defendido alguna vez este experto nutricional.

Pero una de las principales insistencias es la de introducir la fruta en esta comida matutina. En los últimos años su consumo se constata que ha mejorado ligeramente su ingesta entre los niños y niñas vascos, pero todavía la mitad de ellos no toma ni una pieza en el desayuno. Otro de los ingredientes por lo que se apuesta en estas campañas es el aceite de oliva. El 40% consume regularmente el habitual pan con mantequilla, pero sólo un 18% acompaña el pan con aceite. Sin deslegitimar el primero, lo aconsejable es alternar ambos productos por ser más saludable el aceite que la mantequilla.

Un zumo de naranja, un vaso de leche y unas tostadas con jamón y aceite de oliva puede ser un aceptable menú para empezar con buen pie el regreso escolar tras las vacaciones navideñas de nuestros hijos. Una taza de leche, un zumo y una pequeña macedonia puede ser otra alternativa. Un batido, unas de rebanadas de pan con mantequilla y mermelada y un zumo puede ser otra oferta tentadora.

Un menú variado que siempre podemos combinar con el bien recibido yogurt o lácteo. Incluso una tortilla de patatas preparada la noche anterior es, además de nutritiva, gustosa. Y, por cierto, las leche con sopas de pan son un desayuno muy nutritivo para los más pequeños, y si se acompañan de frutos secos troceados y mantequilla, miel sobre hojuelas.

Consejos alimenticios, en general, que casan poco o nada con el habitual `colacao' -del que por cierto, se aconseja no abusar y usar sólo para dar sabor a la leche- y galletas de cada día que las prisas imponen a los más pequeños de la casa. Quizá por ello algunas de las recomendaciones que aportan los expertos para aliviar las prisas del desayuno pretenden ser tan sencillas como que nos acostumbremos a dejar puesta la mesa desde la noche anterior (tazas, fruta, cereales...), que levantemos a los hijos unos minutos antes e, incluso, que como señala el recurrido dicho, cenen como un mendigo y así quizá se despierten con más ganas de tomar el desayuno. A quien madruga, dicen que Dios le ayuda; pues a quien bien desayuna, su corazón se lo agradece.

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