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Sebastián anuncia que las ayudas del Plan 2000E de 2010 no se prorrogarán

Miguel Sebastián, ministro de Industria, anunció ayer que una vez se agoten los cien millones de euros de dotación presupuestaria para las ayudas a la compra de automóviles en 2010 no habrá más fondos, como sí ha sucedido este año. En una rueda de prensa en la que pidió a las comunidades autónomas que apoyen el Plan 2000E también en este próximo ejercicio, defendió que este tipo de ayudas deben ser de carácter temporal para que surtan efecto.

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El ministro español de Industria presentó ayer el Plan 2000E de ayudas a la compra de automóviles para 2010 y anunció que al término de sus cien millones de euros de dotación presupuestaría no habrá más prórrogas. Miguel Sebastián, que hizo balance de las operaciones de este año, anunció que el último Consejo de Ministros del ejercicio, previsto para mañana, aprobará las condiciones de acceso al nuevo Plan, las mismas que en 2009, pero con algunas «mejoras».

El Plan 2000E, que tuvo su precedente en el Vive, de 2008, entró en vigor en 2009, inicialmente con una dotación de 100 millones de euros. El éxito del Plan, que según el ministro ha dado un vuelco al mercado del automóvil en el Estado, pasando de caídas del 50% a un crecimiento del 40%, fue ampliado en octubre con otros 40 millones de euros para dar cobertura a 80.000 compras más.

Sebastián señaló que el sector del automóvil sabe que las ayudas de 2010 no tendrán prórroga, y consideró necesario que los compradores también sepan este dato. A ellos les recomendó que no esperen mucho a cambiar de coche porque no habrá más dinero, y alegó que este tipo de ayudas han de ser temporales para que surtan efecto.

Sin esperar a la tramitación

Las novedades del Plan 2000E para 2010 anunciadas por Sebastián se refieren a lo que denominó garantía de disponibilidad: el derecho de subvención estará garantizado en el momento de la venta sin esperar a la matriculación y a la tramitación de la ayuda. Una segunda novedad fue explicada por la secretaria general de Industria, Teresa Santero, que anunció que en el Plan intervendrán un mayor número de concesionarios, excluidos en 2009 por deficiencias de carácter administrativo.

Las condiciones para recibir las ayudas se refieren a los vehículos de turismo (M1) o de transportes de hasta 3,5 toneladas (N1) nuevos o de segunda mano siempre que, para este supuesto, no tengan una antigüedad superior a cinco años. Al Plan podrán acogerse particulares, autónomos y pequeñas y medianas empresas. El precio máximo por vehículo es de 30.000 euros, antes de aplicar las ayudas. Los beneficiarios tendrán que dar de baja definitiva un vehículo de más de diez años o con un kilometraje mínimo de 250.000 kilómetros si adquieren un vehículo nuevo, o de doce años o más si la compra es de uno usado.

El ministro declaró también que en 2010 se mantendrán las ayudas del Plan Integral de Automoción con una dotación de 250 millones, a las que se sumarán 1.000 millones en avales para proyectos que denominó emblemáticos, relacionados con el desarrollo e implantación de los coches eléctricos e híbridos enchufables. En relación al Plan MotoE, con un menor impacto que el del automóvil, dijo estar abierto a una evaluación de las ayudas a los vehículos de dos ruedas y dispuesto a mejorar el sistema, si el sector ha detectado algo susceptible de mejoría.

GM cree que Opel puede generar beneficios «decentes» en 2012

El consejero delegado de General Motors (GM) Europa, Nick Reilly, dueño de las firmas automovilísticas Opel y Vauxhall, cree que esas dos compañías podrían empezar a generar beneficios «decentes» en 2012.

En una entrevista que publicó ayer el «Finacial Times» (FT), Reilly admite que «2010 va a seguir siendo un año difícil debido a (la situación del) mercado» y adelanta que en 2011 la empresa podría alcanzar un punto en el que «ni gane ni pierda». «Entonces, en 2012, a medida que el mercado se recupere, podemos comenzar a ganar algún dinero decente», subraya el máximo responsable de GM Europa.

A fin de lograr rentabilidad, Reilly sostiene la necesidad de una reestructuración que, según sus palabras, no tiene por qué ser «brutal», si bien «algunas decisiones serán duras y afectarán a gente».

En su opinión, la reorganización de Opel/Vauxhall no debe centrarse sólo en la reducción de costes, sino también en «mantener una inversión sustancial en el producto».

Esas inversiones, según precisó, se tuvieron que «retrasar un poco el pasado año por los problemas de nuestra matriz en Estados Unidos». Con todo, Reilly aseguró que «el 80% de nuestros productos serán nuevos dentro de tres años».

El pasado mes, Nick Reilly reiteró que Opel/Vauxhall deberá reducir su capacidad de producción un 20% y suprimir unos 9.000 puestos de trabajo para mantenerse en un mercado golpeado por la crisis y altamente competitivo. Lo hizo poco después de que GM rechazara la compra de Opel por la firma austriaca Magna, que se daba por hecha. GARA

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