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El archivo de Centelles, en Salamanca, a cambio de 700.000 euros

El legado del fotógrafo Agustí Centelles se guarda desde ayer en el Centro de la Memoria Histórica de Salamanca; es decir, lejos de Catalunya, donde pasó la mayor parte de su vida y tomó las instantáneas que luego habría de proteger en los campos de concentración en los que estuvo. Los hijos de Centelles han vendido el archivo, compuesto por 12.000 negativos, al Ministerio de Cultura, decisión que ha generado el enfado de la Generalitat de Catalunya.

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GARA | GASTEIZ

El legado del fotoperiodista Agustí Centelles, fallecido en 1985, está desde ayer en manos del Centro de la Memoria Histórica de Salamanca, después de que sus hijos vendieran el archivo fotográfico al Ministerio de Cultura. Fue ayer por la mañana cuando sus dos hijos, Octavi y Sergi, depositaron en este centro salmantino los 12.000 negativos del fotógrafo en dos maletas y un archivador.

Octavi Centelles aseguró que de esta manera «acaba la polémica» surgida con la Generalitat de Catalunya después de que los herederos del fotoperiodista catalán anunciaran la venta de su archivo al Ministerio de Cultura, que les abonará 700.000 euros. En el momento en el que se conoció la decisión, el Gobierno catalán se dirigió a los herederos, a través de una carta, en la que defendía que el archivo era Patrimonio Nacional Cultural de Catalunya .

Para defender su decisión, los hermanos Centelles vienen alegando, durante las semanas que se ha alargado la polémica, dos argumentos. Por un lado, que la Generalitat ha tenido un cuarto de siglo para proceder a la compra, pero que nunca se ha interesado en la obra de su padre. En segundo lugar, y para evitar ser calificados de «peseteros», aseguran que han rechazado ofertas superiores a la del Ministerio. Aseguran que la casa de subastas Christie's les llegó a ofrecer 850.000 euros.

Los herederos han criticado el poco apoyo institucional con el que contó Centelles, que algunos sitúan en el desentendimiento político con el gobierno de Pujol, al ser él militante del PSUC. Pero más allá del caso, lo ocurrido con Centelles ha puesto de manifiesto que existe un problema, que algunos sitúan en la ausencia de organismos o leyes que regulen los derechos de la fotografía y sus propietarios.

VANGUARDIA

El Festival se caracteriza por la inclusión entre sus representaciones de las piezas más audaces y atrnazas más audaces y atrnazas más audaces y atrnacional. Así, entre lo más nuevo, cabe señalar la obra «Fuck you» del irlandes Jonny Backup, o la monodanza «Soommerband» de los islandeses Fiörmon.

PATRIMONIO CULTURAL

La Generalitat de Catalunya criticó la decisión de los herederos de vender el archivo al Ministerio de Cultura. Según defendieron, se trataría de parte del patrimonio cultural de Catalunya.

El legado del «Robert Capa catalán» o del fotógrafo que retrató su guerra

Se ha acostumbrado a calificar a Agustí Centelles como el «Robert Capa» catalán, aunque su familia reivindica su papel como fotógrafo sentimental de la Guerra Civil ya que, a diferencia de Capa, él retrataba su propia realidad.

El fotoperiodista nació en el País Valencià en 1909, pero vivió casi toda su vida por el Principat, hasta que murió en Barcelona en 1985. En plena Guerra Civil, realizó reportajes sobre las tropas del frente de Aragón, la conquista de Teruel y sobre la batalla de Belchite. También colaboró en el Comisariado de propaganda de la Generalitat y fue el encargado del archivo del ejército catalán. En 1939 se autoexilió al Estado francés, llevándose consigo los negativos de las imágenes que consideraba más relevantes. Las que no escogió fueron requisadas por las tropas franquistas y fueron trasladadas al Archivo de Salamanca, lugar donde paradójicamente ahora se han depositado el resto.

Centelles estuvo preso en los campos de concentración de Bram y Argèles-sur-Mer. Además de retratar las duras condiciones de vida que sufrían, él mismo tuvo que proteger su archivo durmiendo abrazado a la maleta en la que los guardaba. En 1939 consiguió un permiso para abandonar el campo de concentración y empezó a colaborar con la Resistencia francesa. El laboratorio en el que trabajaba fue desmantelado, pero los negativos sobrevivieron en la buhardilla de una casa situada en Carcasona. Cuando regresó a Catalunya, el Estado franquista le impidió seguir con el fotoperiodismo y le confinó a la fotografía de publicidad. Centelles tuvo que esperar hasta 1976 para recuperar su archivo. En 1984, recibió el Premio Nacional de Artes Plásticas.GARA

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