Trabajo reconoce enfermedad por amianto a un electricista de BBVA
Después de que hace un mes Osalan confirmara que la enfermedad que padece se debe a los años dedicados a trabajar en contacto con el amianto, la Inspección de Trabajo de Bizkaia ha reconocido como enfermedad profesional causada por este material el cáncer de un ex trabajador de BBVA. CCOO denunció ayer que la entidad bancaria «ignoró la legislación del amianto» cuando ya en los 60 había consenso científico sobre su relación con la citada enfermedad.GARA |
La Inspección de Trabajo de Bizkaia ha emitido un informe favorable al reconocimiento como enfermedad profesional del cáncer de pleura que sufre un electricista de BBVA jubilado en el año 2000, según informó ayer CCOO. En una nota de prensa, el responsable de salud laboral de este sindicato, Jesús Uzkudun, valoró que esta resolución deja al descubierto que «los problemas de salud derivados del amianto no se reducen a las industrias contaminantes» y que los propietarios de edificios construidos entre los años 60 y 70 «deberían realizar un inventario, para evitar exposiciones de riesgo, sin esperar a la aparición de enfermos».
Tal como informó GARA hace exactamente un mes, Osalan ya había confirmado que la enfermedad que padece este ex trabajador de la entidad financiera se debe a haber estado en contacto con el amianto durante su vida laboral, desde 1968, y la denuncia interpuesta a través de CCOO motivó la citación de la dirección de BBVA por parte de la Inspección de Trabajo.
No se informó
Uzkudun recordó ayer que el Banco de Bizkaia fue promotor de la construcción, a finales de los 60, del edificio ubicado en la Gran Vía de Bilbo, «y, por tanto, conocedor de los materiales utilizados, especialmente del amianto proyectado, que forraba sus vigas, falsos techos y hueco de ascensores, circunstancia ignorada y de la que no se informó a los trabajadores».
C.R.M., el trabajador al que se refiere el informe, trabajó durante más de treinta años dedicándose a la reparación y cambio de ubicación de las luminarias de los techos, retirando las losetas del falso techo.
Según apuntaron desde la central sindical, «usaba frecuentemente el taladro para perforar el amianto» y realizaba la limpieza y cambio de filtros del aire acondicionado, así como la revisión de motores y climatizadores, por lo que «era evidente el contacto directo con amianto y el desprendimiento de polvo en todas las operaciones».
CCOO considera que BBVA «ignoró la legislación del amianto cuando, ya en 1961 y 1962, se incluye la asbestosis como enfermedad profesional y se establecieron por primera vez límites de concentración de amianto, así como medidas tendentes a reducir el polvo».
«En esa época -agrega la nota-, ya existía consenso científico sobre la relación del amianto con el cáncer de pulmón y el mesotelioma», y en 1984 «la legislación ya obligaba a mediciones ambientales, reconocimientos médicos previos y post ocupacionales». Fue en el año 2000 cuando los delegados de prevención de la entidad «pusieron al descubierto la existencia de amianto en su variante Crocilodita, pero el banco sólo ofreció reconocimientos médicos voluntarios, olvidándose de la vigilancia médica de post ocupacionales, y no impulsó un plan de vigilancia sanitaria».
El informe propone un recargo del 50% en las prestaciones del trabajador jubilado «por estar expuesto a los riesgos del amianto» y «ante la gravedad de los daños producidos y la ausencia de medidas de prevención por el propio BBVA».
CCOO valora especialmente que la resolución de la Inspección de Trabajo señale que «existían obligaciones y responsabilidades preventivas con relación al amianto con anterioridad a 1982».