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Euskalbarrokensemble, música antigua realizada con «Furore»

Esta tarde, dentro del Ciclo de Cámara que la Orquesta Sinfónica de Bilbao programa en el Palacio Euskalduna, tendrá lugar un concierto-presentación del DVD «In Furore», primer trabajo discográfico del joven conjunto de música antigua Euskalbarrokensemble, compuesto mayoritariamente por músicos de E. H., que dirige el guitarrista Enrique Solinís.

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Mikel CHAMIZO | DONOSTIA

La música antigua es una asignatura pendiente en Euskal Herria. Eso debió pensar hace cuatro años Enrique Solinís, guitarrista y laudista de Bilbo, quien, tras colaborar con algunos de los grupos de instrumentos de época más prestigiosos de Europa, como Hesperion XXI, la Akademie for Alte Musik o Le Concert D´astrée , decidió que aquí lo podíamos hacer igual o mejor y se embarcó en la iniciativa de formar su propio conjunto dedicado a la música antigua, integrado en su mayoría por músicos vascos y que tuviera a Euskal Herria como centro de operaciones. Fue así como nació, en el 2006, el Euskalbarrokensemble, que esta tarde presenta en el Euskalduna Jauregia de Bilbo su primer DVD, titulado «In Furore» y dedicado a Vivaldi.

No es cierto que Euskal Herria sea un desierto para la música antigua. Existen, aunque pocas, algunas formaciones especializadas en este repertorio. Algunas de ellas con cierto abolengo, como la Capilla Peñaflorida, que se reparte la escasa porción del pastel con otras jóvenes que han llegado pisando fuerte, como la Conductus Ensemble o la navarra Nova Lux. El Euskalbarrokensemble, no obstante, apuesta, más que por la competencia directa, por un cambio de actitud a la hora de abordar la interpretación de estas músicas.

Solinís cree que el público se siente identificado con este repertorio y que, en gran medida, también adopta una actitud menos burguesa cuando se sienta a escucharlo. Entonces, ¿por qué no subertir un poco los esquemas interpretativos? Por ejemplo, dentro de unas semanas, Solinís tocará en Viena un «Concierto para guitarra» de Vivaldi con una Fender Stratocaster, algo que ya ha venido practicando numerosas veces en su espectáculo «El loco de la guitarra». Defiende que al público le encanta, pero que son los propios músicos, los críticos y los aficionados más puristas los que ponen reparos a este acercamiento sin prejuicios a la cultura del pasado.

Este fin de semana hemos encontrado al grupo en el Euskalduna, ultimando los detalles del concierto de hoy. Lo tienen bien rodado, pues el programa lo han tocado ya numerosas veces y fue escrupulosamente trabajado para su grabación en DVD, una iniciativa que nació de una productora asturiana que eligió al conjunto, recién nacido en aquél momento, para grabar uno de los programas sobre música antigua que estaba realizando para la cadena inglesa BBC. El disco, de unos cuarenta minutos de duración, contiene parte de esas interpretaciones, en las que se observa a Vivaldi, el «Prete rosso» (sacerdote pelirrojo), desde una perspectiva más cercana a la pasión humana que al fervor religioso. La portada del DVD presenta el retrato de Vivaldi con un ojo sangrante, que representa la intención de Solinís de desmentir la imagen preconcebida de «un autor que me ha conmovido toda la vida, desde que era más heavy que nadie».

Sólida formación académica

Aunque en sus inicios tiraba más de músicos invitados, hoy en día los miembros del Euskalbarrokensemble son, en sus tres cuartas partes, intérpretes vascos. Los fichajes más recientes son los de la violinista tolosarra Miren Zeberio y el del percusionista bilbaíno Daniel Garay, ambos con una sólida formación en la música antigua, pero provenientes de un ámbito musical muy ecléctico. Zeberio, que se ha especializado en Holanda, proviene de una familia cuyos componentes son todos ellos músicos y ha tocado desde música antigua a contemporánea, pasando por el jazz o incluso arreglos de canciones del Carnaval de Tolosa. En cuanto a Garay, alumno del conocido percusionista Pedro Esteban, mano derecha de Jordi Savall, ha pasado tanto por el repertorio más clásico como por grupos de trash-metal.

Es el perfil de músicos que Solinís busca para cerrar ese «libro de los prejuicios» que cree que maniata a la mayoría de los músicos, para poder así trabajar «cuestionándolo todo constantemente, incluso lo que hasta ahora se consideraba incuestionable», pero siempre con una actitud de avance, una actitud que echa en falta a veces en la conservadora sociedad vasca. Hoy, junto con Zeberio, Garay y el resto de componentes de Euskalbarrokensenble, colaborarán también músicos de reconocido prestigio, como el continuísta Aarón Zapiko o la soprano María Espada.

En cuanto a sus líneas de trabajo, el Euskalbarrokensenble se va a centrar, principalmente, en dos caminos. Por un lado, el gran repertorio barroco conocido internacionalmente, como puede ser el caso de este concierto en torno a Vivaldi. Pero, simultánemente, el grupo quiere investigar las músicas que se hacían hace siglos en el Reino de Navarra, remontándose al año 1500 e incluso más atrás. Solinís cree que «es desolador que, estando rodeada por dos grandes potencias de las que culturalmente lo sabemos todo, no sepamos prácticamente nada de lo que pasaba en el Reino de Navarra». Su idea es potenciar ese repertorio musical casi ignoto y replantearlo desde una perspectiva influenciada por la música árabe, algo que el director cree que «encaja con lo que nos ha podido llegar a través de la tradición oral hasta nuestro tiempo. En mi opinión, algunas de estas músicas son muy parecidas a las músicas árabes que llegaron a la península por aquella época».

En cuanto a los planes de futuro del grupo, el primer reto es la supervivencia,y a ser posible la estabilidad. Pero es complicado. «Hay una falta de apoyo absoluto hacia la música antigua por parte de los responsables políticos en Euskal Herria»; algo que, defiende Solinís, no sucede en el resto de regiones culturalmente avanzadas del mundo, en las que la clase política tiene muy claro que la cultura del pasado hay que cuidarla y revivirla. Pero al director del Euskalbarrokensemble se le ve realmente apasionado por el proyecto y dispuesto a luchar hasta el final para que en Euskal Herria haya, por fin, una alternativa de la tierra, y de calidad, para la interpretación de la música antigua.

CAMBIO DE ACTITUD

El Euskalbarroken- semble, apuesta, más que por la competencia directa, por un cambio de actitud a la hora de abordar la interpretación de estas músicas.

Con el apoyo de la editorial Zortzi Kantua

El Euskalbarrokensemble tiene un apoyo importante en la recién inaugurada editorial Zortzi Kantua, otro proyecto personal de Enrique Solinís, quien ya estaba «harto de esperar a que alguien se decidiera a publicar las cosas que a mí me interesan». Zortzi Kantua, que hace referencia a una imaginaria octava provincia de Euskal Herria que sería su cultura y su creatividad, se centrará sobre todo en la publicación de material de audio y de partituras, pero se abre también a la posibilidad de editar trabajos literarios que ninguna otra editorial, a priori, publicaría. Como ejemplo, un primer proyecto que Solinís tiene en mente es un texto de un amigo «escrito en un euskera españolizado o un español euskarizado». Lo importante, para el músico metido a editor, es su interés por dar salida a «cosas nuevas, aunque a primera vista puedan parecer enemigas». Son planes de futuro, no obstante. A día de hoy, Zortzi Kantua tiene en su catálogo de partituras diversos arreglos para guitarra de piezas de Mozart, Scarlatti, Haendel y Marin Marais, además de canciones populares vascas y una selección de sonatas creadas en Euskal Herria en el Siglo XVII. Y, en cuanto al material audivisual, el DVD dedicado a Vivaldi que presentan en el recital de esta tarde.

M. CH.

FALTA DE APOYO

«Hay una falta de apoyo absoluto hacia la música antigua por parte de los responsables políticos en Euskal Herria», algo que, defiende Solinís, no sucede en el resto de regiones culturalmente avanzadas del mundo.

PASIÓN HUMANA

El disco, de unos cuarenta minutos de duración, contiene parte de las interpretaciones en las que se observa a Vivaldi, el «Prete rosso» (sacerdote pelirrojo), desde una perspectiva más cercana a la pasión humana que al fervor religioso.

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