Lo que adelantaban el sábado a GARA los galeristas vascos se ha acabado imponiendo: ARCO 2010 cerró ayer sus puertas con unas cifras de ventas superiores a las de las dos ediciones anteriores, para sorpresa de los propios responsables de las galerías, que reconocían llegar a la feria con mucho miedo, debido a la crisis económica y a las posibles repercusiones de la polémica previa a la apertura de la feria. Pero, finalmente, las operaciones comerciales han ido bien y algunos vendedores incluso han tenido que renovar su stock durante el transcurso de la feria, al encontrarse con casi todo el material vendido a medio de camino. Es el caso de Distrito 4, que contaba entre otras con fotografías de José Manuel Ballester o pinturas de Peter Zimmermann, uno de los autores que figura entre los más vendidos. Otras galerías veteranas en ARCO, como la de Juana de Aizpuru, Soledad Lorenzo, Leandro Navarro, La Fábrica o Espacio Mínimo, también reconocían haber realizado ventas importantes, más aún en comparación con una edición del 2009 que los galeristas calificaron de «desastrosa». No obstante, las cifras provisionales -porque de momento no las hay definitivas, y éstas dependerán de las que los galeristas quieran dar- se mantienen aún lejos de las de ediciones anteriores al 2006.

En la rueda de prensa ofrecida ayer Luis Eduardo Cortés, director general de IFEMA, señaló que «el resultado es positivo desde el punto de vista comercial. No sólo se han cumplido, sino que se han superado las expectativas de ventas». Y recalcó lo importante que ha sido, este año, la presencia del coleccionismo proveniente del Estado español. «Ha habido inversión por parte de los inversores nacionales -señaló Cortés-. Es uno de los datos más positivos».

Un punto de desencuentro entre los muchos que han enfrentado este año a organización y galeristas de ARCO ha sido el del espacio. La feria ha ocupado tres de los enormes pabellones de la Feria de Madrid, que según Cortés es «parecido al del año pasado pero con más metros, lo que es mejor para dar una mayor comodidad y poder contemplar las obras con más perspectiva». Muchos de los galeristas, no obstante, se han quejado de unos excesivos espacios de separación y de sentirse aislados en los lugares que les ha tocado ocupar. Y defienden que es un error valorar la calidad y el éxito de una feria por los metros cuadrados que ocupa.

Tras la crisis interna y amenaza de huelga que estuvo a punto de dar al traste con esta edición de ARCO pocos días antes de su inicio, muchos galeristas tienen puestas sus expectativas en las reuniones con IFEMA que tendrán lugar en los próximos meses y que redefinirán como va a ser ARCO de aquí en adelante. Cortés y la directora de ARCO, la donostiarra Lourdes Fernández, apuntaron que mañana mismo empezarán a repensar muchos aspectos de la feria. «Tras el documento firmado con las galerías para la existencia de un único comité, se diseñará la estrategia de manera conjunta», señalaron. En esta redefinición, uno de los puntos clave será el del número de galerías participantes. Los galeristas son partidarios de reducir la cifra, pero Cortés dijo que «ya se ha reducido el número respecto al del pasado año», y explicó que «Ifema es una institución que no recibe subvenciones y funciona con los recursos que genera. Los ingresos de esta feria se reutilizan en la propia feria. Para que ARCO funcione hay que tener ingresos, si no sería imposible hacerla. Si reducimos los ingresos habría que reducir ventajas de la feria y esto repercutiría en su calidad».

Uno de los aspectos al que los directores de ARCO reconocieron que debían prestar más atención es al arte más emergente, que en las últimas ediciones no ha estado tan presente como antaño. De ello se han dado cuenta los organizadores de la recién nacida JustMadrid, una feria abocada a la innovación, el riesgo y los nuevos formatos. La feria ha aglutinado durante este fin de semana en el hermoso espacio de La Lonja y la Nave de Terneras a veintisiete galerías, en tres cuartas partes extranjeras, que se identifican por apostar por los nuevos valores y que durante el fin de semana se han dedicado a difundir su trabajo a coleccionistas, comisarios y otros agentes del mundo del arte con una aceptación e interés notable por parte de los profesionales del sector. El concepto de JustMadrid busca satisfacer especialmente a aquellos que no se sienten identificados con la filosofía ARCO. Más que una feria pura y dura, busca convertirse en plataforma que reúna a profesionales del arte contemporáneo y sirva de laboratorio internacional y de lanzamiento de nuevos proyectos expositivos. La selección de galerías no la realizan por ningún tipo de corte de antigüedad ni en función de la edad de sus artistas, y cada galería sólo puede presentar un máximo de cinco artistas, por lo que esperan reunir trabajos de calidad selecta.

JustMadrid, no obstante no ha sido la única iniciativa paralela al gigante ARCO en un fin de semana masivamente artístico para la ciudad de Madrid. En el Pabellón de Cristal de la Casa de Campo se ha celebrado también Art Madrid, una feria de carácter comercial dirigida principalmente al coleccionista y que ha contado con sesenta y cuatro galerías, mayoritariamente provenientes del Estado español y con obras también de autores del Estado. En otro edificio emblemático, el Palacio de Exposiciones y Congresos, ha tenido lugar la IX. edición de DeArte, feria que ha reunido tanto a galeristas como a instituciones y a artistas plásticos independientes. Y, por último, la XIX. edición de Flecha, reunión de artistas que este año ha exhibido alrededor de quinientas piezas de diferentes países y técnicas en el Centro Comercial Arturo Soria.