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JON ANZA APARECE MUERTO EN TOULOUSE

Allegados de Anza denuncian la «guerra sucia» y exigen respuestas

Mañana está previsto que médicos franceses efectúen la autopsia al cadáver de Jon Anza, pero sin la presencia de un forense de confianza de la familia, cuya demanda, de nuevo, se ha topado con una prohibición. Ante ello, llaman a acudir a Toulouse -la cita, a las 7.30 en el peaje de Muret- para impedir que este «capítulo de guerra sucia», del que responsabilizan directamente a la Guardia Civil, siga su curso.

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Gari MUJIKA | BAIONA

Los familiares de Jon Anza, sus abogados y la izquierda abertzale, tras los acontecimientos de los últimos días, no ven más que la confirmación de que el militante donostiarra fue secuestrado, torturado y llevado hasta la muerte por las FSE españolas con el amparo del Estado francés, habida cuenta de la aparición del cadáver del donostiarra once meses después de su desaparición y en el marco de un relato lleno de lagunas, contradicciones e «inverosímil se mire como se mire».

En una rueda de prensa ofrecida en Baiona, mostraron su convencimiento de que el cuerpo policial responsable de este «nuevo capítulo de guerra sucia» ha sido la Guardia Civil. Fueron aún más tajantes al afirmar que no cejarán hasta que se sepa toda la verdad y se depuren responsabilidades.

«Los acontecimientos no quedan ahí. Nosotros queremos la verdad, y para ello tenemos una cita muy importante el lunes [por mañana]», apuntó Jean François Lefort en nombre del movimiento pro-amnistía.

Una veintena de medios

El revuelo generado tras la «aparición» del cuerpo sin vida de Anza en la morgue del Hospital Purpan de Toulouse, once meses después de su desaparición y con una versión oficial insostenible, fue ayer también más que evidente en la comparecencia llevada a cabo en la capital labortana. Sólo había que ver a la más de la veintena de medios vascos, franceses y españoles que respondieron a la convocatoria de prensa.

Mañana será cuando, según han anunciado las autoridades francesas, se practicará la au-topsia al cadáver del represaliado político donostiarra, y el veto impuesto hasta ahora a la familia ha llegado incluso hasta la negativa a que un forense de su confianza participe en la prueba.

En la comparecencia hicieron especial hincapié en que no aceptarán que eso sea así, y advirtieron al Estado francés que si la negativa continúa, impedirán como sea que la autopsia se lleve a cabo.

Huelga decir que no aceptarán ningún resultado de pruebas forenses en las que no haya participado un forense designado por la propia familia.

Así las cosas, tanto los allegados de Anza como el movimiento pro-amnistía quisieron alertar a Euskal Herria en relación a la importancia de que en la prueba participe un forense de confianza y, por ello, ante la negativa impuesta, hicieron un llamamiento especial a los ciudadanos vascos a que acudan mañana por la mañana a Toulouse. En concreto, fijaron la cita a las 7.30 en el peaje de Muret, a escasos kilómetros de la capital occitana.

El veto francés a la participación de un forense de confianza en la autopsia llega tras la prohición que mantuvieron durante toda la jornada del viernes a que los allegados pudieran ver el cadáver.

Ni la ropa ni otros objetos

Además, tampoco han querido mostrar ni la ropa ni nada que portara el donostiarra cuando supuestamente fue encontrado con síntomas de desvanecimiento en un parque de Toulouse el 29 de abril pasado, ni siquiera los informes sanitarios y administrativos pertinentes en un caso de este tipo. Otro detalle a resaltar sería el estado bastante deteriorado en el que se encontraría el cadáver.

Lefort arrancó la rueda de prensa repasando la cronología de los hechos tras la desaparición de Anza el 18 de abril del pasado año. Recordó que el 23 de ese mes, cinco días después de que el ex preso se embarcara en Baiona en el tren dirección Toulouse, su compañera se comunicó también con el Hospital Purpan, entre otros muchos, recibiendo negativas por respuesta sobre la posibilidad de que Anza estuviera allí.

Desde esa fecha los centros hospitalarios también son conocedores de la desaparición del represaliado. Sería seis días después, según la versión que el viernes defendió la fiscal de Baiona, Anne Kayanakis, cuando hallan vivo, aunque inconsciente, a Jon Anza en un céntrica parque de Toulouse. Fue entonces cuando, según ese relato oficial, el donostiarra fue ingresado en el mismo hospital con el que seis días antes sus allegados se comunicaron alertándolo sobre los hechos.

Si bien la versión oficial fecha en el 11 de mayo la muerte de Anza en el Hospital Purpan, donde seguiría sin ser identificado, la denuncia formal de los familiares se realiza cuatro días más tarde, el 15. La Fiscalía de Baiona, inmediatamente después, inicia las investigaciones, siendo Toulouse -sus centros hospitalarios y morgues- la primera localidad en la que se centran las pesquisas.

Sería poco después, el 20 de mayo, al día siguiente de que ETA denunciara la desaparición de su militante y acusara directamente a los estados francés y español, cuando un juez especial de París abre una instrucción judicial.

Llegados al momento actual, los comparecientes hicieron especial hincapié en el hecho de que «la guerra sucia sigue planeando encima del cuerpo» sin vida de Jon Anza.

Así, recriminaron la actitud «miserable, cruel e inaceptable» que las autoridades francesas mostraron el viernes en la morgue de Toulouse al impedir a la familia del donostiarra poder ver sus restos.

«¿De qué tienen miedo?»

Finalmente, la presión ejercida posibilitó que un médico de confianza pudiera ver el cadáver y confirmar que era el de Anza. «¿De qué tienen miedo? ¿Qué tienen que ocultar? Nosotros exigiremos responsabilidades en todos los niveles, y demandamos la inmediata dimisión de Alliot Marie», señaló el abogado Jon Enparantza en referencia a la ministra de Justicia gala.

Remarcó que la desaparición y muerte del militante donostiarra no es un hecho aislado, sino que se da en un contexto político en el que la estrategia represiva de los estados vive una involución y en el marco de «interrogatorios ilegales» a represaliados en todo el país.

Y ante el convencimiento de que los autores del «secuestro y torturas hasta la muerte» de Jon Anza fueron militares de la Guardia Civil, el letrado exigió la retirada de Euskal Herria de todos sus agentes, «que son un obstáculo para la libertad de este pueblo».

17 de abril, cita en Lohizune

En la rueda de prensa destacaron que la marcha nacional convocada para el 17 de abril en Donibane Lohizune se mantiene y que, además, se centrará en exigir la dimisión de Alliot Marie, que también es concejala en el Consistorio labortano.

Tras emplazar al conjunto de la ciudadanía a secundar las próximas convocatorias de protesta, advirtieron que «vamos a seguir trabajando y luchando hasta saber toda la verdad».

la Ertzaintza, de nuevo

Por segundo día consecutivo, la Ertzaintza retiró de la herriko de Santurtzi una ikurriña con crespón negro y la fotografía de Anza. En Donostia -Egia, donde identificó a cuatro personas, y Parte Vieja- y en Zornotza se dedicó a retirar carteles.

Emplazan a la fiscal Kayanakis a que pregunte «en las cloacas de los estados»

Expuesta la cronología de los hechos y tras contraponerla con la versión que, a pesar de «no entender nada», defendió el viernes la fiscal de Baiona, el abogado Jon Enparantza intervino para evidenciar que «nunca hemos dado por buenas las versiones oficiales» y menos aún la que sostienen las autoridades francesas, ya que considera que se trata de «un relato construido y escenificado, inverosímil se mire por donde se mire». Recordaron cómo tras su desaparición emplazaron a los estados a responder a unas preguntas concretas, pero ahora, en base a la versión ofrecida tras la aparición del cadáver, las interrogantes se disparan. Ante las respuestas vacías que ofreció Anne Kayanakis, Enparantza la instó a que pregunte «en las cloacas de los estados, porque es evidente que han pasado por encima de la fiscal. Porque se trata de una cuestión de Estado». Y todo ello les lleva a «confirmar lo que decíamos: estamos ante otro episodio de guerra sucia».

Así, se mostraron más que seguros de que las FSE españolas «secuestraron y torturaron hasta la muerte» a Anza y que las autoridades francesas ampararon esa actuación, además ocultando su fallecimiento y su cadáver durante todos estos meses.

Directamente acusaron a los presidentes español, José Luis Rodríguez Zapatero, y francés, Nicolás Sarkozy, de ser los responsables políticos de un hecho que, a su juicio, tiene marcados objetivos políticos. Pero no se olvidaron del ministro español de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba -que guarda un mutismo especial al respecto-, ni de Michèle Alliot-Marie -recordaron que la labortana dirigía el Ministerio de Interior francés cuando desapareció el donostiarra y que ahora ostenta la cartera de Justicia-: a ambos les exigieron «explicaciones y la verdad de lo que ha ocurrido».

G. M.

Manifestación hoy, a las 17.30, en Donostia

Esta tarde, las calles de la capital guipuzcoana, de donde era oriundo el vecino de Intxaurrondo Jon Anza, acogerán una manifestación bajo el lema «Errepresioa eta gerra zikina amaitu» que partirá del Boulevard a las 17.30. La protesta fue convocada inmediatamente después de conocerse la aparición del cuerpo sin vida de Anza en la morgue del hospital Purpan de Toulouse.

Además, este jueves, 18 de marzo, día en el que se cumplirán 11 meses desde la desaparición de Anza, tendrá lugar una jornada de movilización. Ayer mismo, 180 vecinos se manifestaron en Portugalete para denunciar su muerte.

GARA

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