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Obama logra el apoyo necesario ante la decisiva votación de su plan estrella

Una primera victoria demócrata (224 votos frente a 206) en una consulta relativa a las reglas del debate previo a la votación definitiva dejó vislumbrar que Obama contaba con los síes suficientes -tal y como habían asegurado anteriormente- para sacar adelante la reforma sanitaria que abandera su política interior. Al cierre de esta edición aún no se había producido la decisiva votación.

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GARA | WASHINGTON

La Administración de Barack Obama dio ayer un paso de gigante para afrontar la votación de su reforma sanitaria tras lograr el apoyo del demócrata antiabortista Bart Stupak.

Los demócratas antiabortistas de la Cámara de Representantes, encabezados por Bart Stupak, alcanzaron ayer un acuerdo con la Casa Blanca para que se prohíba que los fondos federales se destinen a intervenciones de interrupción voluntaria del embarazo, según informó el propio Stupak.

Este acuerdo implica, además, el apoyo de los demócratas antiabortistas a la reforma del sistema sanitario estadounidense que se debatió ayer en la Cámara de Representantes, una de las principales apuestas en política interna del presidente Barack Obama. Así, los demócratas contarán casi con total seguridad con los 216 votos necesarios para la aprobación definitiva del proyecto, cuya votación no se había llevado a cabo al cierre de esta edición.

Acuerdo

«Me satisface anunciar que tenemos un acuerdo. Con la ayuda del presidente y con la presidenta de la Cámara hemos podido llegar a un acuerdo para proteger la santidad de la vida y la reforma del cuidado sanitario. No habrá fondos públicos para el aborto en esta ley», afirmó Stupak desde la colina del Capitolio en declaraciones a los medios de comunicación y rodeado por varios de sus colegas demócratas antiabortistas.

La votación, que estuvo precedida por un extenso debate, llega tras un año enfrentamientos políticos y una dramática semana en la que Obama suspendió una gira por Asia y se enfrascó en buscar apoyos para ese plan que pone en juego buena parte de las esperanzas despertadas por su llegada al poder.

Obama visitó el sábado la sede del Congreso, dialogó con legisladores de su Partido Demócrata, entre los cuales había varios reticentes, y auguró luego que la iniciativa alcanzará los 216 votos necesarios para ser aprobada.

«Está en sus manos. Llegó la hora de de aprobar la reforma sanitaria en Estados Unidos y confío en que lo harán», les dijo Obama a los legisladores.

Un grupo de Representantes demócratas indecisos sembró dudas sobre la aprobación del proyecto pero otros miembros del partido aseguraron ayer que la iniciativa ya tiene asegurado los preciados 216 votos.

«Tenemos los votos. Hoy haremos historia», dijo el Representante John Larson, uno de los líderes demócratas, reafirmando lo que el sábado había anunciado su colega Steny Hoyer.

El proyecto apunta a atender a 32 millones de estadounidenses que no tienen cobertura médica mediante la expansión de los programas de salud pública y subsidios para que familias modestas puedan adquirir seguros privados.

Con la entrada en vigor de esta nueva norma, se estima que el 95% de los casi 300 millones de habitantes dispondrán de cobertura sanitaria.

La reforma tiene un costo de 940.000 millones de dólares en 10 años y, a la vez, reduciría en ese mismo período en 138.000 millones el déficit estadounidense, según un estudio de una comisión del Congreso.

El sistema estadounidense de salud está en cuestión desde hace casi un siglo. Generaciones enteras de presidentes demócratas, desde Theodore Roosevelt (1901-1909) a Bill Clinton (1993-2001), no consiguieron lograr la aprobación de proyectos a menudo rechazados por los médicos y las compañías de seguros.

Los republicanos se han opuesto férreamente a la iniciativa porque consideran que provocará aumentos de impuestos y hará que el Estado se involucre en actividades privadas.

Algunos republicanos han reconocido la dimensión histórica de la reforma de Obama. «Sería histórico en la medida en que el presidente lograría lo que nadie jamás consiguió», dijo ayer un senador republicano al diario «The Washington Post».

De cumplirse los pronósticos y aprobarse la reforma, Obama la promulgará. A partir de entonces el Senado deberá todavía adoptar las «correcciones» deseadas por la Cámara.

 
«KILL THE BILL»

Los detractores de la reforma sanitaria apuraron hasta el último momento para protestar contra la reforma sanitaria y se manifestaron en diversos puntos del país bajo el lema «Kill the bill» (Matar el proyecto de ley).

Decenas de miles de personas reclaman en Washington una reforma migratoria

Decenas de miles de manifestantes, 175.000 según los organizadores, se concentraron ayer en el Mall de Washington para reclamar una reforma migratoria que el presidente de EEUU, Barack Obama, indicó que trabajará por lograr «este año» un consenso entre los partidos Demócrata y Republicano.

En una intervención por sorpresa , emitida a través de las pantallas gigantes colocadas en el Mall, Obama fue el orador estrella en la que ha sido la mayor manifestación de su mandato hasta el momento.

El Foro Nacional de Inmigración, uno de los grupos organizadores de la Marcha Por América, calculaba que cerca de 175.000 personas se congregaron en el parque que recorre el centro de Washington, superando todas las expectativas.

En su mensaje, acogido con grandes aplausos, Obama aseguró que «siempre les he prometido ser su aliado mientras nos esforzamos por arreglar nuestro sistema quebrado de inmigración, y ése es un compromiso que reitero hoy». «Nadie conoce el precio de la inacción mejor que ustedes», aseguró el presidente, quien recordó a «las familias forzadas a separarse» y «los trabajadores que merecen la protección de nuestras leyes».

Los manifestantes tratan de dar un impulso a una reforma que cree una vía para la legalización de los inmigrantes «sin papeles» que ya están en EEUU, permita a los trabajadores traer a sus familias e impida la explotación laboral. Frustrados ante lo que consideran falta de movimiento para promover la reforma, exigen a Obama que cumpla lo prometido en campaña electoral, un compromiso que le permitió recibir dos tercios del voto latino en los comicios de 2008.

La manifestación se produce tres días después de que dos senadores, Charles Schumer y Lyndsey Graham, presentaran su propuesta marco para la reforma que prevé, entre otras cosas, la creación de una tarjeta de Seguridad Social biométrica, que todos los trabajadores tendrían que portar para demostrar que tienen permiso laboral, y establece una vía para la legalización de los cerca de once millones de «sin papeles» que se calcula hay en EEUU y prevé el endurecimiento de la vigilancia fronteriza. GARA

VOTOS

El Partido Demócrata ha tenido que enfrentar largas negociaciones para asegurarse los 216 votos necesarios para sacar adelante su propuesta, ya que los 175 senadores republicanos iban a votar en bloque contra la reforma sanitaria.

relevancia

La reforma del sistema sanitario es la gran prioridad del presidente estadounidense, Barack Obama, que incluso canceló una gira por el sureste asiático para presenciar personalmente las últimas negociaciones.

tres votaciones

Tras una primera votación para establecer los términos del debate, los congresistas votaron dos proyectos de ley: el aprobado en diciembre por el Senado, y un segundo -que se votaría en primer lugar- que introduce enmiendas a éste.

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