El presidente del Consejo Escolar de Euskadi, Konrado Mugertza, confirmó a GARA desde Toledo, donde participa hasta el viernes en los XX Encuentros de los Consejos Escolares Autonómicos y del Estado español, que pronto será cesado por la consejera de Educación. Ha sido esta cita en la capital manchega y la presentación, el pasado viernes, del dictamen al borrador del Plan de Convivencia Democrática y Deslegitimación de la Violencia (2010-2011) los que han determinado la fecha a partir de la cual la consejera de Educación rubricará el pertinente decreto de cese de Mugertza.

Los rumores acerca de la destitución del que ha sido desde el 6 de abril de 2006 presidente de este órgano consultivo del Ejecutivo de Lakua, en el que están representados todos los estamentos de la comunidad educativa, han sido una constante desde la llegada de Patxi López a Ajuria Enea. Su nombramiento es una competencia de la consejera de Educación. La inminencia del cambio volvió a la actualidad con motivo del acto convocado por el Consejo para celebrar sus 20 años de existencia en el Palacio Euskalduna de Bilbo; allí se avanzó que el relevo iba a ser inminente, aunque no se aportaron muchos más detalles al respecto.

Asuntos como la importancia que debe tener el euskara en la enseñanza, el empleo del término Euskal Herria en las aulas y más recientemente las críticas aportaciones efectuadas por el Consejo al polémico Plan de Convivencia han supuesto elementos de fricción entre el actual Gobierno autonómico y la institución que acoge a todos los agentes educativos. Sus mensajes no son del agrado de los responsables gubernamentales, que quieren tener a una persona más fiel.

Mugertza, que ha resaltado que no milita en ningún partido y ha defendido que un «independiente» presida el Consejo, fue director de Innovación Educativa en los equipo de Anjeles Iztueta y Tontxu Campos, encargándose de coordinar el proyecto de curriculum vasco. El último año no ha sido fácil para él en la presidencia del Consejo. No ha ocultado su falta de sintonía con la titular de Educación y sus reformas, más en concreto con la ausencia de debate con los diferentes agentes que conforman la comunidad educativa, que ha generado tensiones en su seno.

Un buen botón de muestra es la presión que ha ejercido Lakua sobre el Consejo Escolar y su presidente, ya sea a través de las personas de confianza de la consejera que están representadas en él o por informaciones difundidas por los altavoces mediáticos del Ejecutivo. En la presentación del informe de aportaciones al borrador del Plan de Convivencia, el propio Mugertza tuvo que reconocer que no había sido fácil trabajar «con todos los focos encima», aunque la Comisión Permanente no se amilanó y aprobó, por unanimidad, un documento que no deja en buena posición a la estrategia de imposición del pacto PSE-PP en las aulas.

Ya hay relevo

El relevo de Mugertza será Cándido Hernández Garduño, que accedió a la Vicepresidencia del Consejo por orden de Isabel Celaá. El que fue responsable del Berritzegune -centro de apoyo al profesorado- de Barakaldo, y se integró en el colectivo de «personalidades de reconocido prestigio», en el que también está Ascensión Pastor Parres, tía del líder del PP de la CAV, Antonio Basagoiti.

En la presentación del último dictamen del Consejo Escolar, el vicepresidente se encargó de perfilar aún más algunas de las respuestas ofrecidas por Konrado Mugertza a los periodistas. El futuro presidente es un hombre de confianza de la consejera, como lo es su hermano Marcelino Hernández Garduño, que pasó en mayo de 2009 de inspector de educación en el área de Durangaldea a director de Centros Escolares. El año como vicepresidente parece haber ido orientado a asentarse en el organismo y buscar un relevo que no supusiera un corte radical para los intereses de Lakua.

Lo curioso del caso es que Celaá -que fue también vicepresidenta de la institución consultiva siendo José Ramón Rekalde consejero de Educación- materializará su deseo de cesar a Konrado Mugertza la misma semana en que, inicialmente, el Gobierno de Gasteiz tenía previsto aprobar el Plan en Consejo -11 de mayo- y que ahora baraja demorar para lograr un acuerdo con el PNV. La destitución ahora del presidente del Consejo cuestiona el interés del Ejecutivo López por cerrar heridas en los ámbitos político y educativo y abunda en su afán de control.