La posibilidad de que el Estado español pueda seguir los pasos de Grecia, cada vez más abiertamente difundida por expertos y medios especializados de todo el mundo -la edición de «The New York Times» fue especialmente demoledora con la política económica de Madrid- hizo que la Bolsa española se diera ayer un auténtico batacazo y que el Gabinete de Zapatero haya quedado casi noqueado.

«No doy crédito, no doy crédito». Era lo poco que acertaba a decir el presidente español sobre los rumores de que el Estado español también deba ser «rescatada» por la Unión Europea. Uno de esos rumores llegaba a cifrar en 280.000 millones de euros la cantidad que necesitarían las arcas españolas.

A esa misma hora, el IBEX ya se había dejado más de un 5%, en la mayor caída desde el estallido de la crisis financiera griega en febrero.

«Absoluta locura»

Desde Bruselas, donde se reunió con los presidentes del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, Zapatero calificó de «absoluta locura» y «despropósito descomunal» la posibilidad de que su Ejecutivo pueda pedir ayuda en el futuro a la UE.

Así, tras comprometerse a «combatir» ese tipo de especulaciones, el mandatario español, que hoy se reunirá con el jefe de la oposición, Mariano Rajoy, para intentar trasladar la imagen de que ambos reman en la misma dirección, aseguró estar tranquilo y tener confianza en la «fortaleza y la solvencia» de las cuentas públicas españolas.

«No podemos estar todo el día haciendo caso a las especulaciones, los pronósticos, las hipótesis, lo que puede pasar; tenemos que ir a los hechos y a los datos», subrayó Zapatero antes de argumentar en su defensa que la deuda española se mantiene veinte puntos por debajo de la media comunitaria.