Finaliza la extracción de restos de republicanos en el monte Ezkaba
Después de 15 días ininterrumpidos de trabajos, hoy finalizarán las exhumaciones de los republicanos que fueron enterrados cerca de la cima del monte Ezkaba, en el conocido como «cementerio de las botellas». Además de los investigadores de la Sociedad Aranzadi, ayer acudieron familiares de tres fallecidos; unos para recoger los restos y otros para conocer el lugar.
Iñaki VIGOR
Entre los años 1942 y 1945 fueron enterrados en las inmediaciones de la cima de Ezkaba un total de 131 republicanos que habían permanecido prisioneros en el penal habilitado por las fuerzas fascistas en el Fuerte Alfonso XIII. El equipo de investigación de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, dirigido por Francisco Etxeberria, ha podido recuperar casi todos los restos y hoy se darán por concluidos los trabajos.
Las labores de recuperación continuaron durante la jornada de ayer a pesar de la persistente lluvia, que ralentizó la exhumación de los restos óseos.
Trece enterramientos civiles
Durante estos días se han exhumado los 37 cuerpos que habían sido solicitados por sus familiares, cuya ubicación en el cementerio ha sido interpretada tras un «laborioso trabajo» de investigación, según informó Koldo Pla en nombre de la Asociación Txinparta.
La identificación de los prisioneros republicanos ha sido posible gracias a un croquis que había sido realizado por el capellán de la prisión, en el que se diferenciaban los enterramientos católicos de los civiles. Estos últimos fueron en total 13, mientras que los católicos ascendieron a 118.
Los miembros de Txinparta continuarán su labor para intentar localizar los restos de unos 200 prisioneros gubernativos que ni siquiera fueron registrados. «En algunos pueblos saben que los mataron, sin juicio ni condena, pero no saben dónde los enterraron», puntualizó Koldo Pla.
Durante los trabajos de exhumación realizados ayer se comprobó que dos de las tumbas se encontraban vacías, por lo que se desconoce el paradero de los restos. En una de ellas se notaba que había habido una caja, mientras que en la otra no quedaba marca alguna. El coordinador de estas labores, Koldo Pla, comentó que no tienen explicación a este hecho.
Cabe recordar que hace varios años la Policía Foral recuperó los restos de una persona que había sido enterrada en una senda próxima a la carretera de acceso al Fuerte de Ezkaba. En aquella ocasión aparecieron todos los huesos salvo el cráneo, que había desaparecido. La juez de Iruñea que acudió a ordenar la recogida de los restos comentó a GARA que se trataría de un varón que habría fallecido en torno a la guerra. Los huesos fueron trasladados a Barcelona, pero no hubo explicación oficial sobre el caso. I.V.