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El castillo de Ereñozar esconde una gran muralla y los restos de sus antiguos habitantes

Es el tercer año en el que la ermita de San Miguel de Ereño, en Bizkaia, acoge unos campos de trabajo estatales. Han llegado arqueólogos de Italia, Girona y Zaragoza para ayudar en la labor.
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Janire MENDIETA | BILBO

Un castillo de película, murallas, torreones, carretillas, piedras, recogedores, cepillos, guantes.... y ayer muchas cámaras de fotos, en una jornada en la que el campo arqueológico de Ereño recibió la visita de la prensa. Circulan diferentes teorías sobre el castillo del monte Ereñozar, un enclave situado en pleno Busturialdea. Entre ellas, que era un lugar de vigilancia desde donde se controlaba el mar y la entrada a Bizkaia por las marismas.

Eso es lo que tratan de averiguar los cuatro arqueólogos, ayudados por varios monitores y trece voluntarios, que se dan cita estos días en el campo de trabajo del monte Ereño, organizado por Eusko Jaurlaritza. Hay voluntarios de Euskal Herria y también de diferentes puntos del Estado español, como Sevilla, Valladolid, Valencia, Zaragoza, Madrid.... Algunos han estudiado Historia del Arte, pero otros acuden sólo por gusto, por compartir la experiencia con sus amigos. «La experiencia es muy buena. Nos lo pasamos muy bien, sobre todo cuando encuentras un hueso entero», comenta un joven valenciano.ç

Desde Ereñozar, estos ayudantes pueden contemplar Gernika, Busturia, Kortezubi o la chimenea de Murueta.

Apenas hay referencias escritas sobre el castillo, ni sobre el año en que se construyó. Lo único que se ha encontrado es una crónica del año 1334, en la cual se cita la existencia de un edificio eclesiástico en la zona. En el alto de Ereño existió desde al menos el siglo XII un castillo en que algunos señores vizcainos resistieron hace dos siglos el asedio del monarca Alfonso XI. Fue parroquia originaria del municipio y está presidida por una imagen barroca del patrono. Dentro del castillo descansa una tumba y, según la tradición, el agua de lluvia recogida en ella tiene propiedades curativas contra la sarna y otras enfermedades de la piel.

Lanzas, espadas y monedas

Este es el tercer año en el que se han efectuado excavaciones en la aldea de Ereño. Y este parece que ha sido todo un éxito, a tenor de lo que comenta Mikel Neira, coordinador de las excavaciones. «Este año hemos encontrado cuerpos humanos, monedas medievales, lanzas, una espada, decoración de influencia pre-romana. Incluso alguno ha encontrado una moneda de Alfonso XI».

Algunas deducciones a las que ha llegado el equipo de arqueólogos son «muy interesantes, aunque no soy objetivo», confiesa Mikel Neira. El castillo está rodeado por cuatro torreones, algo «muy extraño para una cumbre tan pequeña», agrega. Asimismo, han descubierto una estela un tanto peculiar. Se han encontrado muy pocos monumentos de esta clase, uno de ellos en Abadiño y aquí, en una semana, han rescatado dos en tres metros cuadrados de los alrededores del castillo.

Gracias a la información obtenida en las excavaciones realizadas estos años, el equipo de arqueólogos ha podido confeccionar un croquis del castillo: «Era cuadrangular, había un semi-sótano, dos plantas y se entraba desde un patín».

Ya se acerca el momento de trasladar las piezas al Museo de Arqueología de Bilbo, donde las clasificarán. También tienen intención de hacer un estudio de la población de Ereño, de la fauna y, si les queda tiempo, un análisis botánico.

Para los «trabajadores» de esta excavación estival, resulta muy interesante «sacar la muralla de alrededor del castillo y que permita que sea una zona visitable. Aquí sube muchísima gente a ver el paisaje y hay que facilitar su conservación».

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