Una delegación de LAB, encabezada por el secretario de Relaciones Internacionales, Igor Urrutikoetxea, participó durante esta semana pasada en el «III Encuentro Nuestra América», que se celebró en Caracas. Fue clausurado por el presidente de Venezuela, Hugo Chávez.

Reunió a más de 500 congresistas de 29 países de toda América que representaban a los sindicatos más importantes como CTA-ATE (Argentina), PIT-CNT (Uruguay), CTC (Cuba), CTB y CGTB (Brasil), UNETE y CST (Venezuela), CUT (Colombia), entre otros, y ha contado con el apoyo de la Federación Sindical Mundial (FSM) y con su secretario general, George Mavrikos. LAB de Euskal Herria, PAME (Grecia), CGTP (Portugal) y CIG (Galicia), participaron como organizaciones invitadas.

Igor Urrutikoetxea, secretario de Relaciones Internacionales de LAB, explicó la situación de crisis en la Unión Europea, así como la respuesta que se le está dando en Euskal Herria, mediante diferentes movilizaciones y que tuvo uno de sus puntos culminantes en la huelga general del pasado 29 de Junio. En su interlocución expresó ante los sindicalistas que «la lucha es el camino para lograr la transformación social».

En análisis de la situación política, económica, social y sindical en el continente americano , las centrales sindicales se comprometieron «a profundizar en el proceso de cambio social y político que se está dando en el continente americano», remarcando como «especialmente positivas» las experiencias que se están produciendo en Venezuela, Bolivia, Brasil, Uruguay, Ecuador o Cuba.

También se aprobó un documento programático denominado «Declaración de Caracas» que incide en que sólo durante el último año más de tres millones de personas han perdido sus empleos en Latinoamérica y el Caribe, y que «el desempleo, la precariedad, la flexibilidad y el empobrecimiento persisten como factores que el gran capital y los gobiernos conservadores de la región pretenden utilizar para debilitar la capacidad de respuesta de los trabajadores y del movimiento obrero, a pesar de los cambios en positivo que se han dado en algunos países con gobiernos progresistas». No obstante, se remarcó también que, a pesar de los riesgos inherentes a la misma, «la crisis es también una oportunidad para los explotados, para la clase trabajadora del continente para relanzar bajo nuevas condiciones el proyecto emancipador que se está dando en la actualidad en América».

En Caracas se denunció la muerte de más de 40 sindicalistas en Colombia, Panamá, Honduras o Guatemala en el último año y las organizaciones se pronunciaron contra diferentes procesos de privatización que se están dando en el continente. Asimismo, se aprobó «una resolución de condena de la actitud del Gobierno de Uribe en Colombia, que ha tratado de criminalizar al Gobierno de Venezuela, siguiendo los dictados del gobierno imperialista estadounidense». Esta resolución acordada entre dirigentes sindicalistas colombianos y venezolanos exhortó al mantenimiento de la paz entre ambos países.