La OTAN admitió ayer que el pasado viernes efectuó un ataque aéreo con dos helicópteros en la provincia norteña de Jowzjan y mató «por error» a tres policías afganos, echando por tierra una vez más las instrucciones de los responsables de la organización militar para evitar las muertes de civiles en su combate contra las fuerzas talibán. Las fuerzas de seguridad afganas se vieron sorprendidas por un grupo hostil en una aldea de Jowzjan y pidieron apoyo aéreo.

Además, la fuerza ocupante informó de que otros cinco civiles y cuatro soldados extranjeros murieron en ataques registrados en distintos puntos de Afganistán. La Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) explicó que una mina, el arma más letal que usa el movimiento talibán, estalló ayer en el norte afgano y acabó con la vida de cinco civiles, entre ellos el líder de una milicia tribal.

La ISAF divulgó varios comunicados informando de la muerte de cuatro de sus soldados en diferentes ataques de insurgentes armados o debido a la explosión de artefactos, todos ellos en el sur afgano, aunque la OTAN no precisó las provincias de los ataques ni la nacionalidad de los militares.