Alrededor de una treintena de personas se concentró ayer frente a la subdelegación del Gobierno español en Gasteiz para denunciar la última muerte acaecida en la prisión alavesa de Langraiz.

Una persona presa en el centro penitenciario de Langraiz fue encontrada sin vida el pasado 12 de setiembre en el recuento de las ocho de la mañana. Con la muerte de esta persona el número de las víctimas mortales que se ha cobrado este año el penal alavés se elevó a tres.

La pasada semana, fuentes de Instituciones Penitenciarias aclararon que «todo apunta» a que el último preso fallecido murió «por causas naturales». No obstante, a espera de la autopsia, según relató la madre de un preso en Langraiz a GARA, «la muerte se podría haber debido a una negligencia médica».

En este sentido, el representante de Salhaketa, Cesar Manzanos, en declaraciones a este periódico, aseguró que «están cansados con el tema de las autopsias». En opinión de Manzanos, las autopsias «crean un in pass del tema» y, además, «dictamina la causa de la muerte, pero no investiga cuales son las causas que la generan».

Una vez más, Salhaketa instó a la Fiscalía para que actúe de oficio «para que las muertes en prisiones no sólo estén en manos de la clínica forense que investiga la causa concreta de la muerte, sino para que haya una investigación completa». «Nunca se investiga cómo ingreso esa persona en prisión o cómo fue atendida, y éstos son clave para aclarar los motivos de la muerte», señaló el representante del colectivo de apoyo a personas presas. Así, Salhaketa exigió que el Ministerio Fiscal actúe para «depurar las responsabilidades políticas, administrativas y penales» que se desprenden de este tipo de hechos.