Tea Party no quiere «un país de vagos, como en Europa»
Los integrantes de Tea Party, la corriente ultraconservadora que crece como la espuma en el seno del Partido Republicano de cara a las elecciones de noviembre, rechazan lo que consideran intentos de Barack Obama de convertir a EEUU en «un país de vagos, como en Europa, donde el Gobierno toma nuestro dinero para dárselo a gente que no lo merece».Charlotte HILL (AFP) |
«Vamos hacia valores europeos como el socialismo. Todo el mundo se ha vuelto un poco zombie allí abajo [Washington]», se inquieta Stephen Knotts, durante una reunión del movimiento ultraconservador Tea Party, en alza por la cercanía de los comicios legislativos de noviembre.
Este gran forzudo de ojos azules y 40 años, que acaba de reunirse con una de las estrellas emergentes del movimiento, menciona al Estado francés y a Alemania, donde, según él, «el 60% de los ingresos son para el Estado» (realmente esta cifra es del 40%).
La reunión a favor de Christine O'Donnell, candidata al Senado por el Estado de Delaware, se ha celebrado en un club de tiro de la pequeña ciudad de New Castle.
«Estamos construyendo una nación de vagos», echa pestes Kevin Thomas, de 31 años. «Estoy harto de este Gobierno gordo que toma nuestro dinero para dárselo a gente que no lo merece», resume este joven un poco corpulento, al salir de una reunión de O'Donnell en la vecina ciudad de Newark.
En Europa, «tienen comunismo, fascismo, socialismo todavía hoy. No quiero eso», afirma Paul Lamanna, miembro del club de tiro, que se presenta como emigrante italiano de tercera generación.
Surgido en un momento en el que el Partido Republicano se situaba en el punto más bajo, la nebulosa de Tea Party se inspira en las revueltas de 1773, que lanzaron cargas de té al mar para protestar contra los impuestos del Imperio británico.
El movimiento ha cogido impulso tras la llegada a la Casa Blanca de Barack Obama, tras acusar al presidente de querer hacer de Estados Unidos un país socialista, especialmente a través de su reforma del seguro médico.
Defendiendo una relectura literal de la Constitución, sus miembros se unen tanto por su amor a las armas, el rechazo al aborto o el deseo de un Estado menos presente en la vida pública, pero especialmente por su odio a los impuestos.
«Nuestro país no se fundó sobre un Estado federal tentacular como el que Obama quiere poner en marcha», denuncia Kevin Thomas.
«Si le dejamos hacer lo que quiere, esto va a estallar», advierte Stephen Knotts.
Lamanna dice que en Tea Party piensan que «nos han robado el Gobierno mientras dormíamos y lo queremos recuperar».
Las reuniones de Tea Party comienzan siempre con una oración y con el juramento de lealtad a la bandera de EEUU.