Karachi, paralizada por la mayor ola de violencia étnica y política de este año
Igor G. BARBERO (EFE) |
La principal metrópoli de Pakistán, la ciudad portuaria de Karachi, se encuentra paralizada por la peor ola de violencia étnica y política de este año, que en una semana se ha cobrado al menos 72 muertos y un centenar de heridos.
Tras la jornada negra del martes, con 30 víctimas mortales en diversos disturbios y ataques, otras tres personas fueron tiroteadas ayer por hombres armados no identificados, informó a Efe una fuente policial.
En medio de la tensión, algunas voces instaron al Ejército a intervenir en la capital financiera de Pakistán, donde la seguridad se ha deteriorado notablemente este año, pero el primer ministro paquistaní, Yusuf Razah Gilani, descartó esta opción y pidió unidad política para hacer frente a la situación.
«Deberíamos sentarnos todos juntos para preparar una estrategia conjunta y derrotar a los elementos insurgentes», subrayó Gilani, según un comunicado, tras haber telefoneado a su titular de Interior, Rehman Malik, y a las autoridades de la provincia de Sindh, cuya capital es Karachi. Los sucesos violentos, que comenzaron el pasado jueves, son una suma de ataques registrados en una decena de barrios distintos -a menudo entrada la noche- contra activistas políticos, empresarios, comerciantes o restauradores.
El asalto más sangriento tuvo lugar el martes en un mercado de chatarra en el área de Sher-shah, donde doce trabajadores fallecieron tiroteados por una decena de agresores que llegaron en motocicletas y abrieron fuego con rifles automáticos.
Muchas personas bajaron las persianas de sus tiendas y echaron el candado para intentar refugiarse, pero eso no evitó que las atacantes entrasen en ellas.