Luz verde a los presupuestos del estado español
El PNV pide a los pensionistas «que entiendan» su apoyo a los recortes
El PNV dio ayer luz verde al proyecto presupuestario del PSOE, que conlleva inusitados recortes en materia social, aunque el asunto haya quedado solapado estos días por la dimensión política del pacto. Consciente de ello, desde la tribuna del Congreso el jeltzale Pedro Azpiazu pidió comprensión al colectivo de pensionistas, al que prometen ayudar tras 2012. Sin embargo, la ministra Salgado ya anticipa más restricciones.
Ramón SOLA | IRUÑEA
El PNV cumplió ayer su parte del acuerdo con José Luis Rodríguez Zapatero y contribuyó a tumbar las enmiendas a la totalidad presentadas desde todos los lados del arco político del Congreso. Aunque en estos días se ha subrayado sobre todo la vertiente política del acuerdo y sus efectos colaterales sobre el PSE, la decisión de la formación jeltzale también supone avalar un proyecto que incluye grandes recortes en materia social y que ha sido rechazado tajantemente por Nafarroa Bai, coalición de la que también es socio el PNV, y por CiU y BNG, aliados políticos habituales de los jeltzales en Europa.
En el pleno no intervino el portavoz habitual del PNV, Josu Erkoreka, sino el responsable del área económica del grupo. Pedro Azpiazu admitió implícitamente la incomodidad que les supone este apoyo al dirigirse al colectivo de pensionistas, uno de los más afectados por estos presupuestos al imponérsele la congelación. Sólo se salvan de ella las pensiones mínimas, aunque apenas crecen un 1%.
Sin embargo, Azpiazu se mostró seguro de que entenderán su posición. Tras afirmar que los jubilados «no pueden ni deben ser los que paguen los platos rotos de la crisis», dijo que «los pensionistas, al menos muchos de ellos, saben que los primeros paganos son los más de 4,6 millones de parados que no encuentran trabajo y que no lo harán en mucho tiempo. Sus nietos, vecinos, hijos y amigos tienen problemas reales para llegar a final de mes, bien porque están en el paro o bien porque son mileuristas con cargas familiares. Los pensionistas lo entienden porque han vivido en el pasado momentos difíciles y de sacrificio».
El portavoz jelkide añadió en su descargo que, dada la inflación previsible, «la pérdida de capacidad adquisitiva durante un año tampoco debería ser especialmente significativa». Y añadió que el PNV se compromete a tratar de recomponer su situación «cuando la economía empiece a remontar y las cuentas económicas estén un poco más holgadas, previsiblemente a partir del año 2012».
Mariano Rajoy, presidente del PP, se mostró ya la víspera muy crítico con la posición del PNV en esta materia: «No se puede entender el afán con el que ahora defienden la congelación de las mismas pensiones y de los mismos pensionistas que hace unos meses, cuando se oponían a ellas». El PP recalcó que este mismo año el PNV había rechazado hasta seis veces la medida finalmente aceptada.
Irónicamente, Rajoy preguntó además a los jelkides «si es que no hay paro en el País Vasco y Canarias. ¿Es que allí no cierran empresas y bajan las persianas comercios?».
Salgado ya le pide más
Antes de finalizar su intervención en este primer debate sobre presupuestos, la vicepresidenta económica del Gobierno español, Elena Salgado, agradeció al PNV y a CC el apoyo a estas cuentas y dio la «enhorabuena» personal a Azpiazu por el acuerdo firmado.
No obstante, el Gobierno del PSOE ya pide más, habida cuenta de que el acuerdo con el PNV va a estar vigente hasta el final de la legislatura y que, por tanto, abarcará todas las decisiones que se tomen hasta entonces y también el proyecto presupuestario para 2013. La vicepresidenta le dijo a Azpiazu que confía en el apoyo de este grupo político para otras reformas estructurales pendientes y citó expresamente la que al parecer más incomoda al PNV: la relativa a las pensiones.
En la sesión del martes, Salgado ya había querido dejar claro que el control del déficit es la primera prioridad del Gobierno, por lo que «no vacilará» en acometer más recortes, aunque no cree que lleguen a ser necesarios ajustes adicionales y, en su caso, no tendrían por qué ser de carácter presupuestario.
En su discurso, Azpiazu eludió cualquier referencia a la necesidad de nuevos compromisos futuros y se centró en culpar al contexto general. Alegó, por ejemplo, que «si tuviéramos soberanía monetaria o si las instituciones europeas y el Banco Central Europeo jugaran un verdadero papel de política económica como en Japón o Estados Unidos, el curso de la crisis hubiera podido ser distinto».
NaBai pide exportarlo
El pacto PNV-PSOE marcó también la intervención de Nafarroa Bai. Uxue Barkos criticó los presupuestos, pero también quiso poner en valor lo logrado por su socio de coalición. Así, reivindicó para Nafarroa las competencias que Zapatero transferirá a la CAV según lo recogido en ese acuerdo. Reivindicó que Nafarroa también pueda ser nombre oficial, como ocurrirá con Araba, Bizkaia y Gipuzkoa o como ya sucede con los territorios catalanes y gallegos. Y planteó que Nafarroa también tenga participación en el Ecofin.
Uxue Barkos apoyó las enmiendas a la totalidad tras afirmar que este proyecto no es ambicioso en materia social, y acusó a Zapatero de «resignarse al gesto de la cerviz baja para congelar las pensiones».
Las enmiendas presentadas por PP, CiU, BNG, ERC-IU-ICV y UPyD fueron rechazadas con 177 votos -los del PSOE unidos a los de los seis diputados del PNV y los dos de CC-, frente a 167 síes -incluido el de NaBai- y una abstención -la de UPN-.
El PP sigue tratando de explotar la contradicción entre PSOE y PSE. La presidenta del Parlamento de Gasteiz, Arantza Quiroga, se refirió al mismo como un caso de «fuego amigo» de José Luis Rodríguez Zapatero contra Patxi López.
El PSE rechaza sobre todo la parte del pacto que avala el proyecto de nuevo Guggenheim en Urdaibai. Ayer dio un paso muy claro. Su portavoz, José Antonio Pastor, anticipó que Lakua invertirá 132 millones de euros en un proyecto para la reactivación económica de la zona, que incluiría un centro de FP en energías renovables, el Instituto Superior de Ecodiseño y la reconversión de la fábrica Astra en un centro cultural. Lo presentó junto al alcalde de Gernika, José María Gorroño, de EA. Pastor añadió que este plan «no es compatible» (al contrario que Gorroño, que dejó la puerta abierta) con un nuevo Guggenheim, proyecto que tildó de «icono». GARA
El secretario general de Eusko Alkartasuna, Pello Urizar, se mostró ayer muy crítico con el PNV por el pacto al que ha llegado con el PSOE, ya que considera que los jelkides han dicho «no al nuevo escenario que se ha abierto en Euskal Herria» y renuncian a «trabajar con el resto de fuerzas abertzales, que nos hemos comprometido a encauzar este país hacia mayores cotas de autogobierno a través de las vías políticas y pacíficas».
En una rueda de prensa celebrada en Gasteiz, expresó su preocupación por el acuerdo al afirmar que su último objetivo es «poner trabas al nuevo escenario político abierto en Euskal Herria», porque el PNV «se presenta como el mayor valedor del Estatuto y renuncia al cumplimiento de los derechos nacionales del pueblo vasco», en concreto «a su derecho a la autodeterminación y a su derecho a decidir». Para Urizar, «los derechos no se negocian».
Censuró además que el supuesto cumplimiento del Estatuto de Gernika llega cuando se trata de un texto obsoleto. Y criticó que el Gobierno español y la formación jeltzale se feliciten mutuamente por que se vaya a cumplir un consenso firmado hace ya treinta años. «El pacto llega cuando la sociedad vasca tiene claro que el marco estatutario se ha superado, no da respuesta a las demandas sociales, económicas y políticas de la ciudadanía», puntualizó el secretario general de EA.
Junto a todo ello, Urizar manifestó que el mencionado acuerdo es «un traje a medida» para los jeltzales e insistió en que «los números no están tan claros». GARA
