Zapatero hace equipo para retos importantes
El presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció ayer otra remodelación de su Gobierno. Organiza así el equipo humano para encarar las dos prioridades estructurales que tiene entre manos. Por una parte, la «recuperación» económica. Y por otra, abordar el nuevo tiempo político que se abre camino en Euskal Herria. Llama poderosamente la atención la posición de Rubalcaba, nombrado vicepresidente y portavoz del Gobierno, además de conservar su Ministerio. Se convierte así en número dos indiscutible y verdadero hombre fuerte del Gobierno. Por otra parte, no parece aventurado pensar que la inclusión de Ramón Jáuregui, viejo conocido como delegado del Gobierno en los años de plomo y buen conocedor de la situación política del país, obedece a los desafíos que el momento político plantea a Zapatero.
¿Pueden los nombramientos entenderse en términos de inversión para afrontar a corto plazo retos cruciales y decisivos? Sería deseable que así fuese. En cualquier caso, indican que Zapatero no es ajeno a los acontecimientos que se están desarrollando en Euskal Herria, que ha planificado sus movimientos futuros y que tiene agenda propia. ¿La influencia de estos nuevos nombramientos será positiva? Está por ver. Pero que su influencia va a ser real y grande no parece ofrecer dudas. Todo dependerá fundamentalmente de la capacidad de encadenar acontecimientos en espiral y de organizar voluntades en este país. Sencillamente, si éste despliega su potencial, si todos se mueven, todo se moverá.
Por otra parte, la rápida y positiva reacción de Zapatero a la entrevista que Arnaldo Otegi concedió a «El País», o la de ayer reconociendo los «pasos dados» por la izquierda abertzale, «aún insuficientes, pero no baldíos», o las declaraciones de Rubalcaba avisando de que cada vez va a ser más difícil mantener la «unidad» son señales de que el Gobierno se prepara para un nuevo tiempo. Si se moverá o no, y si lo hará en la buena dirección, es a día de hoy una incógnita. Despejarla supone invertir. Y la inversión más rentable y beneficiosa para la sociedades vasca y española es una solución política y radicalmente democrática.