Maite SOROA | msoroa@gara.net
Patxi López, digno pero desairado
Anadie se le escapa que Rodríguez Zapatero le ha clavado la navaja del PNV a Patxi López en mitad de la espalda. Y aunque trate de disimular, el rictus de dolor es demasiado evidente.
Ayer Julia Navarro, en «Diario de Navarra», constataba la traición zapateril y ensalzaba al acuchillado. Según Navarro: «Patxi López está demostrando ser un político con un temple de acero. Y no me refiero al pequeño milagro que, en colaboración con Antonio Basagoiti, ha llevado a cabo en el País Vasco, sino a cómo ha encajado las negociaciones entre el presidente Zapatero y el presidente del PNV». Para mí que lo que está demostrando es que pinta muy poco en su partido.
La comentarista reconoce que «Patxi López ha sido el gran sacrificado en el altar del acuerdo» y va más allá al sentenciar que «en realidad, lo que Zapatero ha puesto en juego es la continuidad de un gobierno socialista en el País Vasco». O sea, palabras mayores.
Pero los hechos están ahí y la columnista no disimula su inquietud: «es evidente que el acuerdo alcanzado entre Zapatero y Urkullu es bueno para los nacionalistas vascos, para el PNV, pero ¿es bueno para España, para el País Vasco y, si me apuran, para el PSE?». Si no me equivoco, lo pactado es el cumplimiento de una Ley Orgánica aprobada... hace treinta años. O, lo que es lo mismo, un vejestorio legal.
La comentarista es tajante al proclamar la desnudez del rey: «El Partido Socialista de Euskadi ha sido ninguneado, no ha tenido ni voz ni voto en las negociaciones, ha sido un invitado de piedra, cuyo protagonismo en el País Vasco ha quedado en entredicho. Ahora, los ciudadanos saben que es el PNV quien tiene influencia en Madrid y no los socialistas». Eso le parece terrible y se pone en plan moralista de la política: «Zapatero llegará pues al final de legislatura sin ningún problema. Ahora bien, ¿realmente es asumible el precio que ha pagado? Para gobernar no vale todo ¿lo habrá olvidado?».
Lo que olvida Julia Navarro -y muchos de sus congéneres de la prensa hispana- es que Patxi López calienta el sillón de Ajuria Enea de forma ilegítima, después de haber purgado convenientemente el censo electoral. Con trampa se sentó y con trampa lo echarán.