El pleno del Parlamento Europeo se pronunció ayer a favor de aumentar a veinte semanas, con el 100% del salario, la baja por maternidad mínima en la Unión Europea (UE), una propuesta que ahora debe tratar de consensuar con los gobiernos, de entrada reacios a esa ampliación. La Eurocámara sacó adelante la propuesta resistiendo a las presio- nes de algunos estados miembro, como Gran Bretaña o Alemania, que rechazan la medida por el elevado coste que tendrá para sus arcas en el actual contexto de crisis económica.

Los eurodiputados aprobaron, además, introducir en toda la UE una baja por paternidad de, al menos, dos semanas, y también remunerada al 100%.

Los parlamentarios decidieron ir más allá de la propuesta inicial de la Comisión Europea, que abogaba por 18 semanas, y acercar la baja al periodo de 24 semanas que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS). La propuesta de Bruselas no obligaba a que se pagara la totalidad del salario durante todo el permiso y tampoco exigía crear una baja por paternidad.

«El voto del Parlamento en su primera lectura es muy ambicioso, pero está claro que no va a facilitar un compromiso equilibrado con el Consejo a corto plazo», opinó tras la votación la vicepresidenta del Ejecutivo Comunitario, Viviane Reding, según recogió Efe. Para su aprobación definitiva, se requiere un acuerdo entre la Eurocámara y los Veintisiete, pero las negociaciones se prevén difíciles ante el rechazo de estados como Alemania, Austria, Países Bajos o Gran Bretaña.

Cambio radical

La reclamación del 100% del salario para las madres durante las veinte semanas de baja supondría un cambio radical para algunos estados miembro que hoy día sólo garantizan una parte.

Aunque la Eurocámara apuesta por la remuneración total, una de las enmiendas aprobadas ayer por el pleno introduce la posibilidad de que las cuatro últimas semanas del permiso la madre sólo reciba el 75% de su sueldo si así lo decide un país. Una cláusula que, según indicó Efe, generó cierta confusión entre los eurodiputados, al estimar algunos que contradice el resto del informe, aunque otros creen que ofrece a los gobiernos la flexibilidad necesaria para adaptar la medida a sus sistemas .

La votación de ayer- 390 votos a favor, 192 en contra y 59 abstenciones- provocó importantes fracturas en los grupos, pues los parlamentarios ignoraron, en muchos casos, las directrices de sus partidos.

El texto aprobado incluye enmiendas para prohibir el despido de trabajadoras embarazadas desde el inicio de una gestación hasta al menos seis meses después de la finalización del periodo de baja maternal; garantizar el derecho de las mujeres a regresar a sus puestos de trabajo o equivalentes, es decir, con el mismo salario, categoría profesional y funciones que tenían antes de la baja, e impedir que las trabajadoras sean obligadas a realizar labores nocturnas u horas extraordinarias durante las diez semanas previas al parto y en el periodo de lactancia.

La socialista portuguesa Edite Estrela, negociadora del Parlamento sobre esta cuestión, insistió en que «en vez de penalizar a las mujeres porque tienen hijos, debemos ayudarlas a encontrar un equilibrio entre la vida familiar y la vida laboral».