Itxako de Lizarra fue la cara de la moneda y Arrate la cruz. Entre tanto, San Antonio debió sucumbir a la lógica en Ciudad Real en una jornada maratoniana de balonmano.

Itxako aprovechó a la perfección su jornada adelantada de liga para batir por un escandaloso 37-18 al Monóvar, de modo que sigue líder invicta en la Liga ABF. Las de Ambros Martín necesitaron, no obstante, tiempo para entrar en calor y abrir diferencias, pero una vez metidas en harina no tuvieron conmiseración de su rival.

Tras el tiempo muerto del técnico navarro, se curaron todos los males de un Itxako que volvió a la pista como si fuera otro. En los siguientes quince minutos las monoveras se olvidaron de marcar. Un parcial de 10-4 dejó los números del descanso encajados en la lógica, 15-10.

La segunda mitad no fue más de lo mismo sino todavía mejor. En el momento que las navarras imprimieron otra marcha en las transiciones, su contrincante se vio preso de la impotencia y entregó la cuchara. Así fue creciendo la diferencia de manera progresiva.

A la fiesta anotadora se sumaron las canteranas Leire Aramendia y Amaia Azanza con dos goles cada una. Los cerca de 400 espectadores pudieron disfrutar, si no de un partido emocionante, sí de ese juego vivaz y espectacular en el que su equipo se encuentra cada vez más cómodo.

Itxako se afianza en el liderato y comienza a preparar la maleta con la que viajar camino del este húngaro donde espera un Kórvez que será capaz de llenar las gradas de su pabellón con capacidad para 4.500 personas.

Derrotas en Asobal

No hay motivos para la alegría, y sí de alarma para Arrate, después de una derrota en Torrevieja que hunde a los de Julián Ruiz en la penúltima plaza clasificatoria; es decir, a los puestos de descenso.

Los eibarreses cayeron por 28-24 ante el cuadro alicantino en un partido parejo donde la diferencia final, excesiva a todas luces, se debe a que los de Ruiz no marcaron en los cinco últimos minutos. Y enderezar ese rumbo parece muy difícil a corto plazo, ya que el siguiente rival será el peligroso conjunto de Valladolid.

Por su parte, San Antonio cayó por 30-22 en el Quijote Arena ante un Ciudad Real que no dio opciones. Entre que a los antonianos les costaba Dios y ayuda batir a su ex portero Hombrados -un fenómeno a sus 38 años- y que entre Lazarov y Cañellas martirizaron la portería iruindarra, bastante tuvieron los de Juanto Apezetxea con evitar una paliza aún mayor.