La aprobación del «mal llamado» Plan Integral de Gestión de Residuos de Navarra (PIGRN) por parte del Gobierno de UPN supone, a juicio de la izquierda abertzale, «un nuevo ejercicio de imposición y autismo político que puede tener graves consecuencias para la sociedad navarra».

Según la izquierda abertzale, la apuesta del Ejecutivo de Sanz por la construcción de una planta incineradora que supone casi 200 millones de euros de los 213 millones presupuestados en el plan, «nos condena a la incineración como único tratamiento de residuos y hace imposible la búsqueda de soluciones acordes tanto con la directrices europeas como con el sentido común».

«La reducción, la reutilización y el reciclaje como prioridades en la gestión de residuos quedan de esta forma abandonadas», afirma.

Respecto a la reciente campaña llevada a cabo por el Gobierno de UPN para «vender» su plan, la izquierda abertzale considera que no funcionó. «Toda la estrategia de engaño que planificaron y pusieron en marcha en los meses anteriores -recuerda- fue contrarrestada con una lluvia de alegaciones y mociones en los ayuntamientos que no han sido respondidas ni tenidas en cuenta».

«Sin participación real»

Entre otras cosas, la izquierda abertzale critica «la falta de un proceso de participación real, el incumplimiento de los mínimos requisitos de transparencia e información pública, la falta de estudios ambientales, la negativa a estudiar otras propuestas de gestión de residuos y la marginación de las mancomunidades y ayuntamientos, a quienes se impone de facto un modelo de gestión».

Por todo ello, entiende que el PIGRN se inició «con el único objetivo de construir una incineradora y quemar los residuos, con las graves consecuencias que ello acarrea para la salud y el medio ambiente», y recuerda que hay alternativas «reales».