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Juan José Martínez Leunda Ex director de DDHH de Eusko Jaurlaritza

Sabin laguna

Amigo de sus amigos, radicalmente democrático y firme en sus convicciones y en la forma de expresarlas, radicalidad democrática que es más precisa que nunca en momentos de confrontación ideológica y política.

No voy a glosar la figura y la trayectoria política de Sabin Intxaurraga Mendibil, por muchos conocida y, como ocurre con cualquier persona pública en Euskal Herria, aceptado, denostado... pero siempre referencia en los últimos 42 años, desde su temprano compromiso en Herri Gaztedi de su pueblo, Zeanuri.

Tiempo habrá de comentar su testamento político y social, en su pueblo como alcalde, como secretario general de la Lehendakaritza con Carlos Garaikoetxea, como parlamentario, como consejero (ministro) de Justicia, Trabajo y Seguridad Social o como consejero de Ordenación del Territorio y Medio Ambiente de Eusko Jaurlaritza.

Las personas siempre debatimos sobre la vida y la muerte; hoy prefiero glosar a la persona: pelotari y pelotazale (llegó a participar en campeonatos de segunda), euskalzale, bertsozale, abertzale amorratua.

Disciplinado, constante, amigo de sus amigos, leal, enormemente cumplidor de sus obligaciones sociales y, por último, un luchador (estando en el hospital de Galdakao, tras haber sido sometido a una intervención quirúrjica del cáncer de colon que se lo ha llevado -askatasunean bego-, a sugerencias de la enfermera acerca de sobreponerse a la adversidad, respondió: «lo haré, igual usted no lo sabe, pero yo soy un luchador»).

Incansable luchador y sensible ante cualquier vulneración de derechos humanos individuales y colectivos (por primera vez, en su mandato se incorporaron algunos conceptos que, en esta materia, parecían desterrados del vocabulario en Euskadi).

Quiero recordar tres momentos recientes de su trayectoria política, asociados a los derechos humanos: el asesinato del ex consejero de Educación, Universidades e Investigación, el socialista Fernando Buesa, y su escolta; la entrada, con luz y taquígrafos, a las prisiones ubicadas en la CAPV, donde se encontraba encarcelada la Mesa Nacional de Herri Batasuna, y la reacción ante el cierre del diario «Egunkaria».

En el primer caso, estaba clara la reacción del Departamento: rechazo, condena, reprobación, etc. a la utilización de medios violentos y armados para la consecución de fines políticos, pero, por encima del dolor y la consternación, ninguna renuncia a los principios, y firme defensa de todos los derechos humanos para todas las personas, comenzando por el derecho a la vida (eskubide guztiak guztiontzat, bizitza eskubidetik hasita).

En el segundo caso, firme convicción de la defensa de vías políticas y democráticas para la consecución de fines políticos y de la soberanía, defensa de la libertad de los detenidos y exigencia del reagrupamiento de los presos de motivación política, para favorecer la ansiada paz.

En el tercer caso, respuesta al cierre del único medio escrito existente en Euskera, cuya opinión quedó plasmada en el primer número de la mancheta «Egunero» (mancheta del periódico comarcal de Tolosa, anterior a las ediciones locales de los «Hitza»), periódico que vio la luz de forma reducida y con grandes esfuerzos, hasta la aparición del actual «Berria».

Esperanzado, como muchos vascos y vascas, con el actual proceso y la firma de los acuerdos del Euskalduna, de Gernika... empujando y participando en la idea de que, por fin, Euskadi pueda alumbrar un futuro alejado del sufrimiento y el dolor de muchos en la dictadura, de otros muchos en la transición y otros tantos hasta 2010.

Amigo de sus amigos, radicalmente democrático y firme en sus convicciones y en la forma de expresarlas, radicalidad democrática que es más precisa que nunca en momentos de confrontación ideológica y política.

Lector empedernido de medios de comunicación, distinguiendo siempre el trato a dar a cada uno de ellos en función del trato recibido, no para confrontar, sino para persuadir.

Siempre preocupado por lo que puedan opinar y decir de nosotros en el ámbito internacional, por ello contribuyó a crear la red de gobiernos de naciones sin estado por el desarrollo sostenible, junto a la enorme preocupación por la Diáspora vasca.

Austero donde los haya (siempre que había o tocaba viaje de trabajo en avión, las reservas tenían que ser en tourist class -viajes Intxaurraga, le decíamos-), mendigoizale y gran conocedor de nuestra idiosincrasia (desde el monte siempre recibías una llamada en la que te podía sugerir una propuesta o idea para avanzar o desatascar un nudo que se había creado).

Agnóstico, nada beligerante, conocedor de las tradiciones religiosas de los vascos y vascas, pero alejado de las mismas, por motivos diversos.

Capaz de hacer equipos multidisciplinares en su función, sin mirar a la estricta posición o ubicación por familias políticas o intereses creados.

Un hombre comprometido con sus ideales.

En la semifinal de bertsolaris de Bizkaia, al ver que Sabin faltaba entre el público (ya sabía que estaba enfermo), Arkaitz Estiballes le dedicó un bertso. Tras conocer la noticia, le ha dedicado un nuevo bertso:

«Gorbeie besarkatu jok edurrek negu hotzean,/ txoriek triste jagozak, gure herrien antzean/ bea udaberriegaz eguzkie esnatzean,/ amesten hindun moduen herri zahar hau loratzean,/ beti hortxe egongo haz, Sabin gure bihotzean» (Arkaitz Estiballes)

Agur laguna, betirarte

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