En los últimos 10 años, no existe ninguna selección en Sudamérica que haya crecido más que la de Venezuela. De ser una de las habituales cenicientas tanto de la Copa América como en las eliminatorias de clasificación para la copa del mundo, actualmente la vinotinto es un rival competitivo con posibilidades de poner en un aprieto a cualquier combinado. Ejemplo de ello es que mantuvo opciones de estar en Sudáfrica hasta la última jornada y que en diferentes partidos amistosos han sido capaces de superar a varios equipos europeos e incluso a la mismísima Brasil.

El apoyo gubernamental al mundo del deporte ha supuesto lo que en Sudamérica es conocido como «el auge vinotinto». Los buenos resultados en categorías inferiores, la mejora de la selección absoluta y el destacado incremento del número de futbolistas venezolanos que juegan en Europa o en los campeonatos argentino y brasileño son buena muestra de ello. No obstante, desde las instituciones, el ámbito federativo y los profesionales deportivos consideran que la escalada no ha concluido y se marcan objetivos ambiciosos.

Exitosos organizadores de la Copa América de 2007, en la que alcanzaron los cuartos de final -siendo su mejor participación desde 1967, año de su estreno y donde fueron quintos- ahora buscan igualar el resultado en la cita de 2011. El torneo se disputará el próximo verano en Argentina y la vinotinto ha quedado incluida en el tercer grupo. Los jugadores de César Farías se tendrán que medir a Brasil, Paraguay y Ecuador. Sin duda un grupo igualado con la renovada y siempre favorita Brasil de Mano Menezes, la «Italia de Sudamérica» como es conocida la albirroja de Paraguay más Ecuador y Venezuela, dos escuadras de similar nivel. Los dos primeros de cada grupo y los dos mejores terceros paran a cuartos de final. Ése es el objetivo de la vinotinto. A corto plazo, ya que la gran meta de la selección venezolana es debutar en un Mundial. La cita de 2014 en Brasil supone el estreno soñado.

En San Mamés, sin sus grandes estrellas

El hecho de que el partido de hoy no se juegue en fecha FIFA, una de las grandes demandas de los jugadores vascos, permite que determinados clubes no liberen a sus futbolistas. Ambas escuadras padecerán ese hándicap, sin embargo esperan ofrecer un buen espectáculo. En el caso venezolano, Farías ha traído un equipo lleno de jóvenes futbolistas con la intención de rodar un segundo bloque que posibilite una mayor amplitud de su selección en las grandes competiciones. La selección vasca, íntegramente formada por jugadores de primer nivel, es una importante piedra de toque para una Venezuela que espera acumular experiencia en Europa.

La expedición está formada en su mayoría por jugadores del Deportivo Anzoátegui y el Deportivo Táchira. Asimismo, Túñez del Celta, Hernández del Murcia, Vizcarrondo del Once Caldas colombiano o César Castro del Panserriakos griego son algunos de los legionarios -futbolistas que actúan en ligas extranjeras- que componen la lista de Farías.

Las ausencias son notables. El venezolano más conocido es el ex bermellón Juan Arango, que no ha sido liberado por el Borussia MG. Ocurre lo mismo con Rosales del Twente holandés o Giancarlo Maldonado, que fracasó en el Xerez y actualmente milita en el Atlante mexicano. Miku no ha obtenido en permiso del Getafe y lo mismo sucede con Rondón del Málaga. Tampoco están en la lista el joven portero Rafael Romo del Udinese, el zaguero de Newelss Gabriel Cichero, el mítico y 110 veces internacional José Manuel Rey, el mediocampista del Hamburgo Tomás Rincón o el delantero de Chivas USA Alejandro Moreno.

Entre los que saltarán al césped de San Mamés destaca Yonathan del Valle. Pieza clave en la conquista del Torneo Apertura por parte del Deportivo Táchira en 2010 e integrante de la selección venezolana que disputará el Sudamericano juvenil de enero en Perú. Francisco Flores es otro de los nombres a seguir ya que con apenas 20 años ha disputado ya un total de 19 encuentros con la vinotinto.