La Justicia iraní ejecutó ayer a dos hombres a los que acusaba respectivamente de espiar para los servicios secretos israelíes (Mossad) y de pertenecer al grupo opositor armado Muyahidines del Pueblo.

Según la agencia pública de noticias IRNA, que citó un comunicado del Poder Judicial, ambos convictos fueron ahorcados ayer al amanecer en un patíbulo instalado en el patio de la prisión de Evin, situada en el norte de la capital.

El primer hombre, identificado como Ali Akbar Siadat, había colaborado con el Mossad entre 2004 y 2008, cuando fue detenido al intentar abandonar el país, según el comunicado. La nota añade que el ejecutado «recibió 60.000 dólares [45.670 euros] a cambio de la entrega de información clasificada».

Además, afirma que Siadat estableció contacto con embajadas israelíes en países como Turquía, Tailandia o Países Bajos, para suministrarles información sobre «los misiles en poder de la Guardia Revolucionaria», cuerpo de élite de las Fuerzas de Seguridad iraníes.

El segundo ajusticiado fue identificado como Ali Saremi y, según las autoridades iraníes, estaba acusado de mohareb [enemigo de Dios, término que se emplea para quienes combaten a la República Islámica] y hacer propaganda contra el Gobierno.

La nota señalaba que «había sido detenido en el invierno de 1983 por colaborar con los Muyahidines del Pueblo y condenado a tres años de prisión por un tribunal revolucionario, aunque la sentencia quedó en suspenso durante cinco años». Fue arrestado en 1989 por el mismo delito y condenado a muerte, pero la pena fue conmutada. En 2002 viajó a Irak, donde recibió «entrenamiento terrorista», según Teherán.

Los Muyahidines del Pueblo denunciaron en una nota el ahorcamiento de Saremi y destacaron que responde al «miedo que siente Teherán hacia la oposición».