LA SELECCIÓN VASCA BUSCA LA OFICIALIDAD
El regreso al césped de la selección debe ser un paso más en el camino emprendido
Tres años después de enfrentarse a Catalunya, la selección vuelve a saltar al césped. Habrá quien tenga suficiente con esos noventa minutos de amistoso frente a Venezuela, pero la mayor parte de la sociedad, como los propios futbolistas, consideran la cita de San Mamés algo más que un bolo o una excusa para pasarlo bien.
Euskal Herria sigue soñando con el día en que pueda animar a sus deportistas en citas de carácter oficial y asumen, así, la de esta noche como un paso más en ese camino.
Un paso que ha costado dar. Los futbolistas llevan años sin percibir la más mínima receptividad a sus aspiraciones en los estamentos oficiales. Personificados en la figura de la Federación, se les acusa de abusar de las buenas palabras frente a los hechos, algo que acabó por colmar la paciencia de los deportistas hace dos años. Mientras muchos, intentando desviar la dirección de los focos, se enredaban en polémicas artificiales como el nombre del equipo, los futbolistas vascos se aferraban a una sola exigencia: los pasos en pro de la oficialidad debían ser reales y efectivos.
No se dieron entonces y tampoco el año pasado, cuando la cita navideña volvió a suspenderse. La futbolística, porque Anoeta acogió una jornada de reivindicación de los deportistas vascos.
Todo parecía indicar que el problema permanecería enquistado otro año más. Hasta que, hace un mes, los futbolistas hicieron pública su decisión de volver a vestirse la elástica de Euskal Herria. Sin acuerdo con la Federación, en la que siguen sin percibir la más mínima voluntad de responder a las expectativas de buena parte de la sociedad y a la que acusan de conformarse con la organización anual de una fiesta con carácter recaudatorio, pero conscientes de que la disputa de este encuentro contribuye a «acabar con las interpretaciones interesadas» y, sobre todo, a que «la sociedad tenga claro que los futbolistas vascos estamos siempre dispuestos a defender nuestros colores, en el campo o en cualquier otro lugar».
Es evidente que el encuentro sobrepasa la dimensión estrictamente deportiva, por mucho que, en cuanto el árbitro decrete el inicio del partido, la intención de Euskal Herria y Venezuela sea ganarlo. La de San Mamés es una cita reivindicativa, como lo será toda la jornada en las calles de Bilbo. La respuesta de la afición se puede dar por segura. Con las entradas agotadas, la Catedral estará llena a las nueve menos cuarto. Y las calles de la capital vizcaina desde algunas horas antes.
Bajas en ambos lados
En el plano puramente deportivo, el choque llega marcado en buena medida por las bajas que han afectado a última hora a uno y otro equipo. Cuatro en el caso de la lista que hicieron pública Mikel Etxarri y José Ángel Iribar hace dos semanas.
Stéphane Ruffier y Ander Herrera no han contado finalmente con el permiso de sus clubes, Carlos Martínez ha regresado de las vacaciones navideñas con algún problema físico y a Mikel San José le ha atrapado la gripe. No habrá sustituto para el defensa de la Real -con lo que el número de laterales se reduce aún más-, pero sí para el resto: Asier Riesgo y David Zurutuza acudieron ayer a Lezama y Mikel Labaka se incorporará hoy mismo a la concentración, como también lo harán Xabi Alonso y Javi Martínez, que no pudieron estar ayer en Lezama. Allí también se echó de menos a jugadores como Mikel Arteta o Aritz Aduriz que, sin competición oficial o con el permiso de sus clubes, habrían tenido el hueco asegurado.
Sigue siendo un equipo de garantías, que saltará al césped con dos campeones del mundo y en el que los debutantes también son noticia. Ocho jugadores se estrenarán esta noche con su selección.
En lo que respecta a Venezuela, el parte de bajas también ha aumentado en las últimas jornadas. César Farías ya había tenido que prescindir de alguno de sus futbolistas más ilustres, como Juan Arango o Roberto Rosales, a cuyas ausencias se han unido las de dos jugadores de la Liga como Miku y Salomón Rondón. Con un calendario apretado en el arranque de año -ambos equipos disputarán eliminatoria copera la próxima semana-, Getafe y Málaga han preferido que no viajen a Bilbo. Sobre todo en el caso de Rondón, que acabó con problemas físicos el choque copero que disputó su equipo frente al Sevilla, en el que anotó dos goles.
Poquitas caras conocidas, por tanto, las que podrán verse en la Vinotinto, a la que Mikel Etxarri considera un equipo de futuro. «Se ve que quieren darle un empujón al fútbol porque están acercándose a un nivel al que no estaban hace algunos años», asegura el seleccionador que, además, cree que los venezolanos pueden saltar al césped con una motivación extra. «La mayoría de los futbolistas juegan en Sudamérica y querrán ponerse en el escaparate». En el caso de su anfitrión, la motivación es más que evidente.
El choque, por último, tendrá un nombre propio. El de Joseba Etxeberria que, tras haber defendido la tricolor en once ocasiones, realizará el saque de honor en San Mamés.