Creo que �Como la vida misma� es una comedia comercial de inter�s p�blico, por tratar la problem�tica de la paternidad sin estridencias c�micas a trav�s de la atenta observaci�n costumbrista. Es posible que no haga re�r, que las situaciones con beb�s fuera de control est�n ya muy vistas, y que ni siquiera haya una qu�mica especial entre la pareja estelar que forman Katherine Heigl y Josh Duhamel; pero cuenta muchas verdades. El antes creador televisivo Greg Berlanti pone desde el primer momento las cartas sobre la mesa, entr�ndole al tema de la responsabilidad paterna directamente. Y para ello parte de una introducci�n dram�tica, por no decir tr�gica, con un golpe de realidad en la cara de los dos inmaduros protagonistas. Pero eso ocurre todos los d�as, ya que son muchos los j�venes que, no habi�ndose ni llegado a plantearse traer hijos al mundo, han de asumir el ser padres accidentales. El matiz est� en que aqu� no se trata de padres biol�gicos, sino de un soltero y una soltera desparejados que han de hacerse cargo de la ni�a del amigo de �l y de la amiga de ella, despu�s de que el matrimonio fallezca en un accidente de tr�fico.

Las visitas peri�dicas de la asistenta social al nuevo hogar ponen de relieve una vez m�s la falta de aceptaci�n que a�n existe en la sociedad para las familias que se salen del modelo tradicional, puesto que a los padres biol�gicos nadie les examina, mientras que a los que no lo son se les hace pasar por muy duras pruebas para concederles la custodia. A alguien le podr� parecer que el hecho de que los improvisados tutores de la peque�a se acaben enamorando, pese al mutuo rechazo inicial, no es m�s que un pretexto de cara al obligado final feliz de toda comedia rom�ntica. Y no, ya que sirve para confirmar que lo que une a un grupo humano es el amor, incluso por encima de los lazos de sangre. El parentesco no asegura la buena convivencia entre padres e hijos, como tampoco el sentimiento verdadero y desinteresado de pertenencia a una familia.