Oihana Llorente Periodista
Todo es cuestión de interés
A contrarreloj. Así han andado los políticos estas últimas semanas para obsequiar a los ciudadanos y ciudadanas con nuevas y espectaculares instalaciones. El martes se agotaba el plazo para la inauguración de obras municipales por motivo de la inminente cita con las urnas, y nadie quiso perder esa foto con la que creen comprar nuestros votos.
Parques, carreteras y museos han sido inaugurados durante estas últimas semanas; alguno, incluso, a medio acabar. Pero lo más llamativo ha sido el obsequio recibido por los vecinos de Castellón: un aeropuerto por el que poder pasear. La apertura del aeródromo se realizó a lo grande, pero sin los permisos pertinentes para la puesta en marcha del tráfico aéreo. Kilómetros y kilómetros de asfalto por donde caminar y divisar la colosal estatua que pretenden colocar en homenaje a Carlos Fabra, Presidente de la Diputación de Castellón y líder del PP en esta provincia, que es vigilada con lupa debido a sospechas de corrupción.
Para desgracia de la mayoría se avecinan las elecciones municipales y forales en el sur del país, aunque hay quien saca partido de todo. Mientras miles de personas llevan una década sin poder ejercer su derecho a voto y mucho menos a ser elegidas democráticamente, hay quien hace negocio. Ahí está el eurodiputado navarro del PP Pablo Zalba, quien seducido por los cuartos de un lobby falso se atrevió a retocar una enmienda, o Eider Gardiazabal, eurodiputada bilbaina del PSOE, sorprendida cobrando la dieta sin trabajar.
Interés. Esa es la única motivación que mueve a la mayoría de los dirigentes políticos, interés de índole económico o electoral. Un interés que también arrastra a los jueces, al menos a los del Tribunal Supremo español. Un interés incomprensible que busca condenar a la ciudadanía vasca a vivir bajo el yugo de la imposición.
Pasado mañana, sin embargo, los ciudadanos vascos, así como los partidos políticos del país, tenemos una buena oportunidad en Bilbo de demostrar que el interés que mueve a la ciudadanía vasca es sincero y leal.