Maite SOROA | msoroa@gara.net
Las actas de la discordia
El asunto de las supuestas actas de ETA se ha desatado como una ola tsunami con la que los de Rajoy quieren arrastrar a los de Zapatero hasta Punta Tarifa.
Ayer no había en la prensa española comentarista o editorialista que se preciara que no mentara el caso. Y en la mayor parte de los casos para zurrarle de lo lindo al todavía presidente del Gobierno español.
Así, el editorialista de «El Mundo» sentenciaba que «su injustificable conducta le obligaría a disolver de inmediato las Cámaras, presentarse a las elecciones y dar la oportunidad a los españoles de juzgar ese comportamiento con sus votos». Lo que quieren es echarle. Pero a la voz de ¡ya!
En «La Razón» Ildefonso Ussia se ponía también en plan trascendental: «Si el Gobierno de España no demuestra fehacientemente que las actas de la ETA son burdas mentiras, la única solución es la disolución inmediata del Parlamento y la convocatoria de elecciones anticipadas. Y todos a la calle. El problema es que más de uno puede terminar en la cárcel».
En «Diario de Navarra» el editorialista patinaba de lo lindo y atribuía a una cesión del Gobierno «la excepcional libertad del asesino De Juana Chaos». Y agregaba que su imagen «campando a sus anchas y paseando con su novia, pone los pelos de punta y suena a burla». Se olvida de un pequeño detalle: Iñaki De Juana salió en libertad al día siguiente de cumplida su condena.
En «ABC» aseguraban que «Tan grande es la degradación que revelan estas actas que la responsabilidad del Gobierno no puede saldarse con tres minutos de arenga en una sesión rutinaria de control parlamentario (...) No hay precedente en el mundo democrático de un Gobierno capaz de ofrecer la rendición del Estado a una banda de asesinos». Para mí que se le ha ido la mano al escribiente.
Los de «El Correo Español» y «El Diario Vasco» no lo ven tan claro y apuestan por la firmeza del pacto unionista. A ver si entre todos los van a chafar: «un juicio político pormenorizado sobre aquella actuación, en pleno período electoral y mediante el cruce fragmentario de documentos no puede desem- bocar más que en el enconamiento partidista, generando fisuras cuando más necesaria es la unidad». ¿Ven?