Euroliga
La leyenda del «Carácter Baskonia», ante su mayor reto
El Caja Laboral afronta una situación complicadísima ante el rival que nunca ha podido superar en las citas importantes del campeonato.
Jon ORMAZABAL
Si más allá del recurrente y manido eslogan, eso conocido como «Carácter Baskonia» llegó a existir y queda algún resquicio de él, difícilmente tendrá una mejor oportunidad que ésta para deshacerse del último y más resistente fantasma colectivo. Todas las historias tienen sus días más ingratos y, afortunadamente, de una u otra manera, los nefastos recuerdos de Herreros, el CSKA, OAKA, Papaloukas o el Barcelona han tenido sus correspondientes venganzas deportivas. Sin embargo, la memoria azulgrana sigue teniendo una espina clavada con el Maccabi. Un rival, que por razones deportivas y de otra índole, todavía nunca ha sido derrotado en una gran cita, al margen de aquel mágico triple de Bennett en el último segundo en 2002.
Seguro que son una minoría de los ya de por sí pocos que pudieron seguir el partido del martes sin cambiar de canal, los que mantienen el optimismo que se desató hace poco más de una semana. Pero una sesión de videoteca con las últimas grandes gestas, el precedente de un Siena cuyas prestaciones en el primer partido fueron aún más lamentables -con 9 puntos al descanso y 41 al final del partido y que ahora mismo está a un triunfo de la Final Four- y el paso de las horas seguro que consiguen recuperar los ánimos antes de las 20.30.
Y eso que los precedentes directos, al menos en las grandes citas, no invitan, precisamente, al optimismo. Y es que, a pesar de que en términos absolutos el Baskonia tiene más victorias que Maccabi desde la temporada 98-99, cuando se encontraron por primera vez en la Euroliga, las derrotas ante Maccabi son de las más dolorosas.
Vergüenza en Zurbano. Con los mismos protagonistas en ambos banquillos, Zurbano vivió uno de los días más tristes de su historia. Por un lado, con Sharp, McDonald y Parker en plan estrella, Maccabi dejó a Baskonia sin su primera Final Four tras ganar 65-94. Pero aún hizo más daño la censura, los excesos policiales del Mosad -con colaboraciones locales-, o la estrella de David en la bombilla del parqué. Entre otras consecuencias, Indar abandonó su ubicación detrás de la canasta y estuvo a punto de disolverse.
Moscú, primera final. Los amarillos volvieron a cruzarse en el camino a la gloria azulgrana en el peor momento. Tras dar la campanada ante el todopoderoso CSKA en su casa, en la primera y única final de la Final Four, el MVP Jasikevicius, Parker, Vujcic y compañía se llevaron el trofeo por 90-78 ante el equipo de los Scola, David, Macijauskas, Calderón o Splitter.
Praga, la misma historia. Un año después, la historia se pareció en exceso. Con Perasovic en el banquillo, el equipo se presentó en la Final Four tras otra gesta como ganar al Panathinaikos en el OAKA, pero se ahogó ante la marea amarilla, en este caso en semifinales.
Doron Perkins, el jugador que, con 30, era el que más minutos ha disputado hasta ahora en Maccabi, se perderá lo que queda de temporada tras la lesión que se produjo el martes.
Sin llegar a calibrar o dimensionarlas en su justa medida, las informaciones que llegan desde Israel no hacen sino confirmar la excepcionalidad de una realidad que llevan años intentando hacer parecer normal.
Formado en 1906, el Maccabi de Tel Aviv es uno de los mayores y más potentes agentes que el Estado de Israel tiene de cara a vender la imagen de normalidad que quiere extender al resto del mundo. Sin embargo, ese estatus de símbolo del estado judío podría ponerle en una situación muy complicada si consigue eliminar al Baskonia y clasificarse para la Final Four de Barcelona.
Y es que, la fecha elegida por la Euroliga para la disputa de la final y del tercer o cuarto puesto, el 8 de mayo, coincide con la celebración en Israel del llamado Día del Recuerdo a los Soldados Caídos, uno de los más solemnes del calendario.
La dirección macabea ya anunció en repetidas ocasiones sus reticencias a jugar en esa jornada, porque lo hizo hace 20 años en circunstancias parecidas y se ganó una sonada crítica que perjudicó gravemente su imagen local de «equipo nacional», según informó el suplemento económico del diario Yediot Aharonot.
Una sirena de dos minutos da inicio a la fiesta previa al día de la proclamación del Estado de Israel, una jornada dedicada al recuerdo a los soldados muertos en cementerios y medios de comunicación.
Aunque existen voces favorables a dejarse ganar o incluso renunciar a una hipotética final, debido a que cambiar la fecha del partido no es viable, la presión de los organizadores, patrocinadores y aficionados colocan al equipo en una situación complicada. Baskonia podría hacerles un buen favor. Jon ORMAZABAL