El desconcierto se hace cada día más patente en Japón tras escuchar las noticias que provienen de la malparada central nuclear de Fukushima. A pesar de que hayan transcurrido dos meses desde que un terremoto de 9 grados en la escala de Richter y un posterior tsunami provocaran una grave crisis nuclear, nada parece indicar que se esté avanzando en la minimización de sus efectos.

Operarios de la empresa Tepco informaron ayer que las barras de combustible del reactor 1 quedaron expuestas al aire al estallar la crisis -el 11 de marzo-, por lo que se cree que durante este tiempo se han fundido y depositado en el fondo de la vasija de contención del mismo reactor.

Precisamente, la empresa planeaba estos mismos días inundar la vasija con agua para poder mantener refrigerado el combustible; medida que, evidentemente, podría verse atrasada tras la valoración de esta nueva situación.

Nueva filtración

No obstante, los problemas encontrados en el reactor 1 no son los únicos que entorpecen las labores de los trabajadores, hecho que valoran muchos como «inadmisible» a estas alturas del proceso de normalización de la central. La misma empresa anunció anteayer del hallazgo de un nuevo vertido altamente radiactivo al Océano Pacífico; después de realizar un análisis exhaustivo del reactor 3, informaron del descubrimiento de una fisura en una fosa cercana al habitáculo, por donde se estaba filtrando agua al mar con niveles 620.000 veces por encima de lo permitido.

Aunque Tepcó aseguró ayer haber cerrado la grieta con hormigón, la verdad es que no es la primera vez que ocurre, por lo que expertos y científicos de la zona han comenzado a mostrar su descontento.

Miembros de la organización pacifista Greenpeace, concretamente, han certificado el hallazgo de contaminación «muy por encima de los límites legales» en algas marinas y pescados recogidos a unas doce millas de las costas de Fukushima, fuera de territorio japonés, por lo que han pedido a las autoridades el analisis detallado de esta contaminación. «Están haciendo muy poco para proteger la salud pública -reiteran-. La situación es claramente mucho más seria de lo que previamente advirtieron».