No se le vio satisfecho el técnico de Itxako, Ambros Martín, a la finalización del partido de ida en el Larvik Arena, y siguió ensimismado en sus pensamientos durante el largo del viaje de vuelta de la expedición, serio y con cara de preocupación, dando vueltas en su cabeza al importante reto al que deben enfrentarse esta tarde él y su plantilla, una oportunidad que podría no volver a presentarse en mucho tiempo.

Su mayor inquietud se centra en conseguir que sus jugadoras encuentren el perfecto equilibrio entre lograr contrarrestar el juego de su rival -lo hicieron durante casi todo el encuentro de ida en Noruega- y demostrar en la pista su propio talento ofensivo, algo que apenas se vio en tierras noruegas. En definitiva, que la escuadra amarilla protagonice un partido del todo completo y el contrario, no.

En ese sentido, el preparador canario no espera grandes variaciones del conjunto escadinavo respecto a cómo se desenvolvió en el primer encuentro. «No espero ningún tipo de sorpresas -asegura-, porque creo que no van a variar en absoluto. Tuvieron dos semanas para preparar la ida y no hicieron nada diferente a su juego habitual, la única variación es que puedan estar más o menos acertadas, aunque sus jugadoras más importantes difícilmente pueden tener un nivel tan alto», constata.

Se refiere, claro está, a Larsen y Loke, las dos jugadoras que más quebraderos de cabeza les generaron a las amarillas. En el Anaitasuna habrá que cortocircuitar la conexión entre ambas internacionales, «de las que ya sabíamos de lo que eran capaces». Sin olvidarse de otras compañeras suyas que no tuvieron un papel tan destacado, pero que pueden despertarse en cualquier momento, «caso de la central, Hammerseng, o las dos extremas, que son muy rápidas a la contra», avisa Martín.

A ello hay que sumar el factor físico, en el que subraya que se encuentran «a un nivel superior a nosotras, pudiendo aguantar un partido completo sin problemas», tal y como demostraron en su cancha, donde apenas hubo cambios, pese a que las puntales del equipo noruego son claramente veteranas.

Sólo un partido perdido fuera

Factores todos ellos, unidos a la estadística, que avisan del peligro de que «perfectamente ellas puedan ganar aquí». «Durante todo el torneo sólo han perdido un partido fuera de casa y fue en la primera fase cuando ya estaba todo decidido. Han ganado en pistas con un ambiente mucho más hostil, como en Buducnost, ante 5.000 hinchas rivales. En igualdad de condiciones son superiores a nosotras», pone sobre aviso el de Arrecife.

Pero para eso están sus pupilas, para impedir que las de Tor Odvar Moen se encuentren con una alfombra, sino con un hueso duro de roer, que les pueda arrebatar el torneo más preciado del viejo continente. «Nos reconforta el saber que no hicimos nuestro mejor partido en Larvik, no dimos lo máximo ni nuestro límite», expone Martín.

Entre los aspectos a mejorar, la circulación del balón y la actitud de cara a la portería rival. «Le tuvimos mucho respeto al contrario, nuestros ataques no vieron portería porque no la buscamos y ahora deben finalizar en un lanzamiento. Con el balón en las manos, Itxako no demostró su verdadero nivel y no hubo fluidez», especifica el míster canario.

Los aficionados, claves

Si bien es cierto que las más de tres mil gargantas que abarrotarán Anaitasuna poca influencia pueden tener en unas contrincantes habituadas a la presión, no lo es menos que ese ambiente puede resultar muy positivo para las nuestras. «Nuestros aficionados van a ser claves, tanto para los momentos buenos como para los malos, incluso para presionar a los árbitros, aunque dudo que se dejen influenciar porque son colegiados de nivel», comenta.

Al menos, que los teutones midan con el mismo rasero, no como ocurrió en el Larvik Arena. «La ley de la ventaja nos la dieron en las peores situaciones, mientras que cuando estábamos a punto de meter un gol nos detenían el juego», muestra su queja Martín.