Voces femeninas para historias de alto voltaje abren el concurso de Cannes
GARA | DONOSTIA
La escocesa Lynne Ramsay, con su aplaudida película «We Need to Talk About Kevin», y la australiana Julia Leigh con su no tan estimada «Sleeping Beauty» abrieron ayer el concurso del festival de cine más prestigioso del mundo.
La primera cuenta la historia de una mujer que ve cómo su vida se convierte en un infierno por un hecho tan supuestamente positivo como la maternidad. Este intensísimo y espinoso drama está protagonizado por una espléndida Tilda Swinton, cuyo hijo le hace permanecer ajena a realizarse como madre. «Se establece un estado de guerra entre ellos desde el día en que nace Kevin», resumió la directora.
«Sleeping Beaty», que muestra a una mujer que ejerce la prostitución bajo los efectos de la anestesia, es el primer filme que ha dirigido Julia Leigh. «¿Qué diferencia hay entre el voyeur y un simple testigo?», se pregunta, y para la respuesta pasa la pelota al público, en el que busca «una reacción de impacto fuerte» y no le importa en qué dirección al empezar ya desde la primera escena, en la que la actriz se somete a una endoscopia real.
Un amor terminal
Gus van Sant inauguró la sección «Una cierta mirada» con una película de amor adolescente y terminal llamada «Restless», un drama de vida y muerte para hacer correr primeras lágrimas.
Esta obra hizo recordar la Palma de Oro que le valió a Van Sant en 2003 su filme «Elephant», aunque esta vez el director estadounidense trajo una triste historia de amor con el mensaje de que este sentimiento es inmortal.
En otro trabajo, «Kung Fu Panda 2», Angelina Jolie ayuda al protagonista a reencontrarse con sus padres biológicos y a utilizar «la paz interior como fuerza, incluso en las batallas». En la presentación, la actriz estuvo junto a Jack Black, que pone voz a Po, el protagonista; Dustin Hoffman, su guía espiritual; y la directora Jennifer Yuh.