Newt Gingrich, figura de la política estadounidense de los años 90, es el primer candidato republicano en lanzarse formalmente a la carrera presidencial de 2012 contra el mandatario Barack Obama, revigorizado en las encuestas tras las muerte de Osama Bin Laden.

A menos de un año y medio de la elección presidencial, pocos republicanos han manifestado su intención de enfrentarse a Obama, bien ubicado en los sondeos pese a la lenta recuperación económica.

En la campaña para los comicios de 2008, cuando Obama hizo historia al convertirse en el primer presidente negro de EEUU, los partidos Demócrata y Republicano estaban poblados de precandidatos a estas alturas. Pero en esta ocasión, los republicanos han sido lentos en lanzarse a la arena electoral. Figuras como Sarah Palin, Mike Huckabee y Mitt Romney se han mostrado discretos hasta ahora.

Por ahora Gingrich es el único que se postula tras anunciar el miércoles su candidatura en Twitter y solicitar el apoyo de los estadounidenses a su candidatura apelando a la situación de la economía. Dijo que se lanzaba a la liza electoral «porque creo que podemos devolver la esperanza a EEUU y la oportunidad de tener pleno empleo, un programa energético, un presupuesto equilibrado».

Obama, que sucedió a George W. Bush al frente de la Casa Blanca, lanzó su campaña a la reelección el mes pasado y es muy poco probable que se enfrente a rivales demócratas de fuste para obtener la nominación del Partido Demócrata.

En su mensaje, Gingrich intentó vincular su carrera política al legado del icono republicano, el fallecido presidente Ronald Reagan, cuyo mandato es considerado por muchos republicanos como una era de oro para EEUU. «Trabajé con el presidente Ronald Reagan en un período muy difícil. Volvimos a crear empleos, los estadounidenses estaban orgullosos de EEUU y desapareció la Unión Soviética», señaló.

Gingrich, de 67 años, es ampliamente visto como el arquitecto de la derrota demócrata en las elecciones legislativas de 1994, cuando los republicanos retomaron el control de la Cámara de Representantes por primera vez en cuatro décadas. Pero los republicanos fueron ampliamente responsabilizados por el cierre de servicios gubernamentales y, a la postre, Clinton terminó ganando la reelección en 1996.

Gingrich es una figura muy conocida en la escena política.