Los presos políticos vascos que se encuentran en la cárcel de Fresnes han denunciado la «actitud represiva y corporativista» que mantienen la sección sindical de Forces Ouvrières (FO) y los funcionarios adscritos a dicho sindicato. Les reprochan que, «aunque se consideren como un sindicato de clase, en lugar de denunciar la explotación y la vulneración de derechos, se dedican a cercenar las condiciones de vida de los presos».

Lejos de quedarse en generalidades, detallan algunos casos del proceder de este sindicato, aunque consideran que no es el «único en practicar la labor represiva». Así, relatan que FO ha solido distribuir hojas informativas en las que califica de «privilegios lo conseguido por largas luchas del colectivo de presos políticos vascos». Añaden que ha utilizado la idea de los «privilegios de los vascos» en denuncias judiciales contra algunos de sus miembros.

Suprimir actividades

Explican que, entre las reivindicaciones laborales planteadas por el sindicato, se incluye limitar o suprimir las horas de patio o las actividades dirigidas a los presos para que se les reduzca la carga de trabajo.

Respecto a las medidas de seguridad, los presos de Fresnes indican que FO consiguió la autorización de que sean esposados a la cintura en los desplazamientos internos para las visitas entre presos de diferente sexo o al hospital penitenciario. En la misma línea, han obtenido permiso para efectuar registros sectoriales aunque su primera petición fue que se efectuara un registro general de todo el establecimiento penitenciario.

Por otro lado, ayer se realizaron movilizaciones en Burlata (107 personas) e Iruñea (57).